Especialistas en suelos, fertilidad y ambiente analizan aspectos que generan una mejor aplicación de nitrógeno y fósforo en los cultivos de invierno.  

Para maximizar la eficiencia de utilización de los fertilizantes nitrogenados es fundamental partir de una evaluación integral de la fertilidad, considerando tanto la disponibilidad inicial del nitrógeno, como así también los efectos del cultivo antecesor y el potencial de mineralización. 

Sin embargo, la recomendación de la fertilización nitrogenada no termina en la prescripción de la dosis y en la definición de la estrategia de fertilización (selección de fertilizantes y métodos de colocación), sino también considera la uniformidad de distribución del fertilizante en el terreno durante su aplicación. 

Así, evaluaciones de desempeño de fertilizadoras de doble disco realizadas por la Unidad Integrada del INTA y FCA en Balcarce (UIB) observaron una asociación lineal negativa entre el rendimiento en grano del trigo y el coeficiente de variación (CV) de la distribución de la urea granulada cuando se aplicó con fertilizadoras de doble disco que proyectan el fertilizante. Así lo explica el Boletín técnico “Fertilización de cultivos de invierno”, elaborado por el equipo de los expertos de Tecnoagro, edición del Dr. Martín Torres Duggan, especialista en problemáticas de los suelos, de la fertilidad y del ambiente.

Para evitar impactos negativos de la uniformidad de aplicación de los fertilizantes, se explica en el boletín, se debería considerar un CV de distribución menor al 15%, y se suelen considerar umbrales del 25% para uniformidades aceptables. Se pierden 50 kg de trigo por cada unidad de CV por encima del umbral de 15% de CV.

¿Cómo mejorar la uniformidad de distribución de los fertilizantes sólidos?

El primer paso para analizar la calidad de aplicación del fertilizante mediante fertilizadoras de doble disco es evaluar el desempeño de la máquina fertilizadora. La uniformidad en la distribución del fertilizante depende fundamentalmente de la fertilizadora (diseño constructivo), de la calidad física del fertilizante y de la condición ambiental durante la aplicación (humedad relativa, temperatura, velocidad del viento). 

La calidad física del fertilizante, sobre todo su granulometría, influye marcadamente sobre la necesidad o no, de realizar reducciones en el ancho de labor para lograr adecuados patrones de distribución. Así, a mayor homogeneidad granulométrica (e.g. más del 80% de la masa de fertilizante con granulometría entre 2 y 4 mm), menor es la necesidad de solapamiento o de reducción del ancho de labor efectivo de las fertilizadoras que proyectan el fertilizante. 

Por el contrario, en las fertilizadoras neumáticas que distribuyen el fertilizante sólido granulado o en polvo a través de difusores cónicos en forma de “lluvia”, se ven menos influenciados por la segregación balística (efecto del viento), y logran en términos generales, buenos patrones de distribución en el terreno. 

En este tipo de sistemas de aplicación (neumáticas), la granulometría tiene una menor incidencia en la uniformidad de distribución. Para evaluar la uniformidad de aplicación de fertilizantes sólidos con fertilizadoras de platos se requiere contar con elementos sencillos como bandejas plásticas, granulómetros, y probetas.

El procedimiento consiste en colocar un número determinado de bandejas plásticas, que dependen del protocolo utilizado, realizar una o más pasadas con la fertilizadora. Posteriormente se recoge el fertilizante de cada bandeja y se determina el CV (%).

Por Juan Raggio

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