“Como contratista, puedo decir que se cobró por la cosecha de soja lo mismo que se había cobrado en la campaña anterior”

“Como contratista, puedo decir que se cobró por la cosecha de soja lo mismo que se había cobrado en la campaña anterior”

El panorama para la implantación del trigo presenta complicaciones en los planos climático y financiero. Conocé la visión de un productor y contratista de la provincia de Buenos Aires, en las localidades de Chivilcoy, Navarro, Chacabuco y Suipacha.

Como productor hace cultivos de grano fino, de grano grueso y con sus equipos ofrece servicios de contratista a terceros en siembra, fertilización y cosecha. Este año hizo rollos de rastrojo de maíz con cultivos que se secaron. Se llama Pino Merialdo y es de la localidad de Suipacha, provincia de Buenos Aires a 120 km de la Capital sobre la Ruta Nacional N° 5.   

“Con la seca, la última campaña fue un verdadero desastre, todo perdido”, comenta Pino. “Nunca he visto una cosa así. Nosotros somos productores que también brindamos servicios con máquinas, trabajamos 4000 ha, de las cuales el 50% lo hacemos como productores y el otro 50% como contratistas”. 

Su zona de trabajo es Bragado, Chacabuco, Suipacha, Chivilcoy y Navarro. “Llegamos a unos 80 km a la redonda desde Suipacha. En toda el área lo que permitió sembrar trigo fue una lluvia de unos 110 mm que cayeron el día 25 de mayo. En algunos puntos llegaron a caer hasta 200 mm”, afirma.

Pino y su hijo Salvador arriba de la máquina.

Pino y su hijo Salvador arriba de la máquina.

“Eso ayudó a que el productor cambiara la cara y arrancara la siembra. Hasta ese momento, la intención de siembra estaba muy floja. Luego no llovió más, pero alcanzó para que saliéramos a sembrar más hectáreas de las pensadas y como contratistas tuvimos más demanda de servicio de siembra, ya que algunos que no pensaban sembrar, cambiaron y sembraron”, dice Pino.  

“En este momento está todo naciendo, pero, aunque en esta época del año no es tan importante, necesitamos que llueva de nuevo. Unos 20 a 30 mm serían de ayuda para que los nacimientos evolucionen bien”, afirma. 

Por otra parte sostiene que: “Si la primavera, que es la época de la floración del trigo, resultara con lluvias abundantes, ello no ayudaría al cultivo, ya que el cultivo no se siente muy cómodo en tal condición”.

Financiación

Para los productores que tenían comprado los insumos, tomar la decisión de siembra fue fácil; en cambio, para quienes debían salir a comprar con financiaciones elevadas y sin mucha agua, a pesar de esa lluvia caída, no sembró y mantuvo esa posición. “No se quisieron endeudar”, dice Pino.

También hubo un cambio desde las empresas de insumos que comenzaron a ofrecer financiamiento a cosecha sin interés, porque la reducción del área de siembra los hizo salir al mercado con financiamiento propio, tratando de evitar una mayor caída de la demanda de insumos, y más aún, levantar la existente. Es decir, tratando de ayudar a que levante el área de siembra. 

El contratista

“Como contratista, puedo decir que se cobró por la cosecha de soja lo mismo que se había cobrado en la campaña anterior, aún con el aumento que hubo en el costo de los insumos. No se pudo cobrar más debido a los bajos rindes de 400 o 500 kg/ha. Entonces se trató de sacar del campo lo poco que había aun perdiendo plata, como una manera de conservar al cliente. Por ello, la actividad como contratista también está muy afectada”, afirma nuestro entrevistado.

Además, continúa, “no se puede dejar de lado el hecho de que muchas hectáreas no se han cosechado porque no había cultivo, y en las que se cosecharon, tampoco se pudo cobrar bien por los bajos rindes. Estamos tratando de pasar este año hasta el próximo”. 

Por Juan Raggio

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