Don Ramón viaja por el país llevando el sabor de una familia
La empresa familiar de chacinados de Oncativo se destaca por su creativa producción. ¿Ya conocés su historia? ¡No te la pierdas esta nota!
Oncativo es una pequeña ciudad ubicada en el centro de la provincia de Córdoba, Argentina, en el departamento Río Segundo y se sitúa en la pampa húmeda, a 282 metros sobre el nivel del mar, sobre la ruta nacional 9 y la ruta provincial 29. Es conocida por su producción agropecuaria y por ser sede de la Fiesta Nacional del Salame Casero, que se celebra cada año en agosto.
Allí, Don Ramón comenzó como un proyecto de integración para finalizar la cadena productiva ya que la empresa familiar hacía agricultura y cría de cerdos. Para cerrar el círculo, en el año 2000, comenzó con una pequeña carnicería de cerdo que fue creciendo y se convirtió en lo que es hoy: una fábrica de chacinados totalmente tecnificada con una cartera de productos de excelencia con expansión nacional y futuro prometedor.
Alexis Bartoloni, es el presidente de la firma y nos cuenta sobre el proceso de gestación: «Elaboramos salames como nuestro principal producto, entre otros, ya que continuamos con la tradición de nuestros bisabuelos, traída de Italia y como negocio, aprovechando la relevante calidad del salame de Oncativo, para aprovecharla y darle expansión industrialmente en el mercado de Argentina y el mundo. Por eso el nombre de la empresa es en honor al viejo que vino de Italia».
Y agrega: «La estrella de Don Ramón es el salame seco de Oncativo, pero todo toda su línea de producto es muy buena, es muy distinguida, la verdad que manejamos productos de muy buena calidad. Lo que nos distingue del resto es nuestro tiempo de maduración. Nosotros tenemos productos que tienen mucho tiempo de maduración y eso hace que la calidad del producto Don Ramón sea distinguida».
La fábrica produce mensualmente unas 20 toneladas de fiambre que distribuye en Córdoba y en diferentes puntos de Argentina. Al tratarse de una producción artesanal, cubre la demanda regional, por eso desde la empresa insisten en la calidad y no tanto en la cantidad para poder consolidar la presencia federal que están ganando.
“Seguimos elaborando con la receta familiar y la tradición artesanal que nuestros abuelos trajeron de Italia. La elección de la carne es totalmente natural y no usamos ningún tipo de químico ni conservantes. También contamos con un producto novedoso como el salame cocido, un salame hervido que no lo hace nadie, que es tradición nuestra. Es el mismo salame de Oncativo, que está hervido con agua y es muy rico. Lo recomiendo. O el salame en grasa, que es un producto que en el país casi nadie lo hace”, cuenta Bartoloni.
Don Ramón es mucho más que un negocio; es un legado que ha resistido el paso del tiempo y sigue deleitando a quienes tienen la suerte de probar sus sabores artesanales, impregnados con el amor de una familia que ha hecho de la tradición y la calidad, su mayor tesoro.
Por Sergio Romano
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