De peón de campo a soguero criollo, sus trabajos se venden en el mundo

De peón de campo a soguero criollo, sus trabajos se venden en el mundo

La ‘soguería criolla’ es una artesanía tradicional de Argentina que demuestra la destreza del autor (soguero) para el trenzado de cuero crudo, de vaca o de yeguarizo, totalmente natural, ecológico. No se usa ningún tipo de producto o material químico, y esa es la característica que marca la diferencia con los talabarteros. 

La ‘soguería criolla’ es un oficio que generalmente se hereda de familia, pero también hay muchos cultores que son autodidactas. Como es el caso de Emiliano Reinares, un soguero de la localidad de Murphy, provincia de Santa Fe, que un día decidió dejar de ser peón en el campo donde trabajaba y apostó a su vocación. “Soy soguero. Esa es mi actividad principal”, aclaró. 

Expoagro (EA): ¿La soguería es un hobby en tu vida?

Emiliano Reinares (ER): No, no, yo me dedico a trabajar en soga. Mi actividad principal es la soguería. Fui varios años mensual (peón) en un campo de la zona, hasta que me decidí por este camino y me fui largando de a poquito. Con el tiempo me fui refinando, probando técnicas, hasta que pude dedicarme de lleno a esto. Alquilo un campito donde crío animales, pero mi actividad principal es la soguería.

EA: ¿Cuánto hace que te dedicas a la soguería?

ER: Más o menos, hace 22 años. En el 2012 decidí meterme de lleno, me largué y desde entonces me dedico solamente a la soguería. Vivo de esto.

EA: ¿Cómo resultó en el comienzo?

ER: Me costó mucho, pero valió la pena. Es un trabajo muy artesanal, donde hay que poner mucha pasión, buen gusto, ganas y conocimiento. Hay que tener tiempo, hacerse ese tiempo. Como toda cuestión vocacional. 

La paciencia es también muy importante. Muchas veces no sale lo que uno quiere hacer. Y si el trabajo no sale, no sale y cuando es así, hay que dejarlo. Cuando eso ocurre, dejo de hacerlo y me voy, me alejo. Después vuelvo despejado y ahí sé que estoy listo para volver a agarrarlo. 

EA: ¿Cuál es tu técnica? 

ER: Hay muchas técnicas. En realidad, se empieza con el método básico del soguero. Lo principal es aprender a sacar el cuero, prepararlo, tanto sea cuero de vacuno como el de yeguarizo. Una vez que está preparado, después, a ese mismo cuero hay que sobarlo. Ahí hay varios métodos: se puede sobar a máquina, a maceta o a rueda, hay muchas maneras de sobarlo.

La manera más linda, para mí, es a maceta, a mi gusto, es como mejor queda. Queda más esponjoso el cuero, queda mejor. Y después, es tener un poco de imaginación, tratar de ser original, porque hay que ser original, hay que tratar de no copiar, a mí no me gusta copiar, creo que es una de las cosas que realza el valor del trabajo, de la pieza que se haga.

La mayoría de los sogueros que vamos a exposiciones o concurso tenemos eso bien claro. Cuando se miran los trabajos no se encuentran iguales. Se puede usar una misma técnica, pero siempre habrá detalles, estilos, agregados que hacen de cada artesanía una pieza original.

EA: ¿Al cuero lo preparas siempre vos? 

ER: Sí, yo preparo todo. Cuando preparo cuero vacuno, estoy desde el momento en que se carnea el animal. Luego lleva un proceso de lavado, desgrasado y de depilado, que se llama ‘lonjeado’ y se puede hacer a cuchillo, también se puede hacer a ceniza y otra manera es ‘a tierra’. Eso mismo es con el cuero de yeguarizo.

En la zona es más fácil conseguir cuero vacuno. El de yeguarizo no se consigue mucho, porque ya prácticamente no hay, queda muy poco. Pero siempre aparece alguno con algún caballo que se muere naturalmente o que tienen que sacrificar y me llaman para sacarle las lonjas. 

EA: ¿Cuánto tiempo te lleva preparar un trabajo?

ER: Por ejemplo, un juego de ‘estribos arequeros’, si nada se complica puede llevar unos tres meses. A veces los empiezo, los dejo un tiempo y después sigo. Hay que hacer las piezas y después armarlo. Tres meses, trabajando bastante. 

EA: ¿Vas guardando? ¿Tenés stock?

ER: No, yo trabajo todo por encargue. Es todo por encargue porque no me da el tiempo como para hacer stock, para trabajar. La mayoría de los sogueros que hacemos soguería fina trabajamos por encargue.

EA: ¿Cuál es tu mercado? ¿Dónde están tus clientes? 

ER: Mis trabajos van por todos lados. Los publico en las redes sociales y es una ayuda importante, porque la gente interesada te busca, y pasan cosas muy interesantes, me han contactado y he mandado cosas a Italia, a España, a Estados Unidos, Brasil y Uruguay.

EA: ¿Cuánto vale una pieza de las que hacés? 

ER: Y, no son piezas baratas, pero el público que se interesa en esto ya lo sabe. Se venden a precio dólar. Porque es un lujo que se da la persona que lo compra, tiene que ser alguien que le gusta mucho, como los tradicionalistas, los que van a concursos de emprendados. Algunos también los tienen para uso corriente, pero son los menos. También compran los coleccionistas. Son cosas de lujo. Es un lujo del paisano, más del paisano que entra en concurso de aperos. O alguien que le gusta mucho salir a los desfiles.

EA: ¿Cómo aprendiste? 

ER: Soy autodidacta. Me enseñó un hombre grande, de Murphy. Me enseñó lo básico, a preparar cuero, a desvirar tiento, a sacar tiento y prepararlo; alguna costura, algún tejido. Bastante rústico. Y arranqué, así nomás, hasta que me hice de un libro, ‘Trenzas gauchas’, creo que la mayoría de los sogueros aprendimos del ‘Trenzas gauchas’, y desde ahí, a poner pasión, un poco de imaginación y de vocación. Vocación y paciencia son la clave, sin esas dos cosas no te sale, no llegás.

EA: ¿Andás siempre con pilchas camperas?

ER: Siempre ando vestido así, me gusta. Además, es cómodo cuando voy al campo, pero para mí es una cuestión de gusto. Depende de cada uno. Hay chicos muy jóvenes que no tienen nada que ver con el campo, y son sogueros. No es la pilcha, es la pasión. Ser soguero es eso.

Emiliano Reinares es habitué de grandes muestras y exposiciones. Desde hace unos años participa por invitación, o en los certámenes en los que es necesario una admisión, eso eleva el nivel de sus trabajos. Ha logrado premios y menciones especiales. “Pero siempre vuelvo a Murphy, acá nací. Cuando ando por ahí hablo de mi pueblo, me gusta representarlo. Y si la gente quiere venir a ver, me van a encontrar en mi casa. Está el cartel con mi nombre», concluye. 

También está en redes sociales: @reinaresemiliano en Instagram, más una página de Facebook ‘Emiliano Reinares Soguería Criolla’. 

Por Alejandro Rafael Guerrero

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