Así lo siente Marina Zain, responsable del Departamento de Abastecimiento de Industrias Metalúrgicas Cestari. La empresa familiar pionera en tolvas autodescargables, cada nuevo día trae un flujo constante de actividad y un elenco de personajes que dan vida a la fábrica.

El reloj marca las 6 de la mañana cuando Marina (42) cruza las puertas de la empresa en Colón, provincia de Buenos Aires. En ese momento, el lugar empieza a llenarse de actividad mientras los operarios se preparan para una nueva jornada. Su primera tarea es asegurarse que todos tengan los elementos de seguridad necesarios para enfrentar el día. Es una responsabilidad que toma muy en serio, sabiendo que cada precaución cuenta en este ambiente tan dinámico.

Luego, Marina se sumerge en su área de especialización: el abastecimiento. “Entrego a los chicos de taller todo lo que necesitan para poder armar las tolvas, preparo el stock, entrego todo lo referido a bulonería, rodamientos”, y destaca: “Estoy en contacto con Mariana que es la encargada de Compras e Ignacio q es el ingeniero encargado de planta”.

Pero su papel no se limita solo al abastecimiento interno. También se encarga de un eslabón crucial en la cadena: la exportación. La empresa familiar con más de 96 años de trayectoria ha logrado conquistar con sus tolvas los cinco continentes.

Cada tolva que sale de la fábrica con destino a diferentes partes del mundo lleva consigo una porción del trabajo meticuloso de Marina. Ella asegura que todos los componentes estén cuidadosamente dispuestos y listos para su viaje. “Preparo todos los detalles, tornillos con tuerca, plásticos, pintura y varias cosas más que conforman la tolva y se necesitan para su armado total”, y agregó: “Un trabajo así me lleva alrededor de cuatro horas por tolva de exportación”.

Aproximadamente a las 15, termina la jornada laboral, la cual describe “como muy apasionante”. «Da gusto ver el trabajo terminado. Por ejemplo, cuando veo una tolva en el campo o por algún camino, digo qué orgullo, yo me siento parte de esa tolva», compare con gran satisfacción.

En esa línea, resalta: “Este trabajo me cambió la vida, y además puedo compartir más tiempo con mi familia”. Dado que Marina está en pareja con Diego, y tiene dos hijos: Lautaro de 20 años y Lucas de 15 años.

Mucho más que un equipo, una familia

En su viaje hacia la posición actual, Marina encontró un grupo de compañeros que la apoyó en su adaptación a la fábrica. Hace dos años, vió una búsqueda laboral de la empresa, presentó su CV y desde entonces no hay quien la pare. Una de las lecciones más valiosas que obtuvo es la importancia del trabajo en equipo.

“Al ser bastante nueva tuve mucho apoyo y ayuda dado que soy la única mujer en un puesto como este. La verdad que este trabajo lo hago con placer y me siento muy cómoda. Aprendí que las cosas salen bien haciéndolas entre todos, y siempre sentí que es una gran familia”, concluyó Marina.

Marina desempeña un papel vital en la creación y preparación de las tolvas que brillan en los campos de todo el mundo, y por supuesto, cada marzo en Expoagro. Cabe resaltar que Cestari es la tolva oficial de la muestra agroindustrial a cielo abierto más importante de la región. La historia Marina es un reflejo de la dedicación y el sentido de pertenencia que muchos comparten en este entorno industrial.

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