¿Cómo utilizar la tecnología para mejorar el rendimiento empresarial?

¿Cómo utilizar la tecnología para mejorar el rendimiento empresarial?

Desde Etruria, sur este de la provincia de Córdoba, en la pantalla de su celular, Sergio Lerda encuentra los datos que le ayudan a tomar decisiones, sin dejar de recorrer y revisar los lotes de manera directa.

En sus rutinas, los productores aplican más tecnología de la que muchos pueden imaginar y por ese camino aumentan su productividad, bajan sus tiempos de trabajo y reducen costos. Y los equipos que utilizan son los mismos, al menos en su tipo y dimensiones. En esos aspectos, tractores, sembradoras, pulverizadoras y fertilizadoras cambian muy poco. 

Para ejemplo de ello, entrevistamos a Sergio Lerda productor de Etruria, localidad ubicada a unos 50 km de la cuidad de Villa María, Córdoba, quien nos cuenta que se dedica a la actividad del campo manejando su empresa desde hace 20 años. Recuerda que los inicios fueron con el apoyo de su padre, quien impulsó a sus 5 hijos cuatro varones y una mujer- a que cada uno tuviera su negocio independiente.

Hoy la familia trabaja con las 5 empresas en la producción agrícola, sembrando maíz, soja, sorgo, maní y trigo y haciendo algo de ganadería a en más de 20.000 has, entre propias y alquiladas, en distintas zonas de las provincias de Córdoba, Santiago del Estero y San Luis, generando trabajo para casi 70 personas. “Cuando los bisabuelos llegaron desde Italia arrancaron con la ganadería, luego siguieron los abuelos; en su momento continuó mi padre, que se dedicó primero a la producción mixta, y con el tiempo viró a la agricultura”. 

Ahora Sergio gerencia su empresa y explica: El productor agropecuario es un empresario que no solo debe enfocarse en la producción sino también en el control financiero, a través de contadores y administraciones de empresas que le permitan tomar decisiones a corto, mediano y largo plazo, manejando siempre flujos de fondos a más de cuatro años para adelante con la finalidad de determinar con mucha precisión en dónde realizar sus inversiones”. 

Afirma que para hacer su gestión más precisa se vale en la tecnología y para graficar su forma de trabajo nos cuenta: “Un día de este último otoño, Mauro, el encargado del área de producción, entró a un lote de 160 has que habíamos cosechado 15 días antes y que en la pantalla de su celular mostraba una pequeña zona verde”. 

“Como tenía la geo posición de esa zona verde, fue directo hasta allí y se encontró con que estaba creciendo un pequeño manchón de maleza, de no más de 30 metros cuadrados. Eran plantas de 2 a 3 cm de diámetro, pero la imagen llegaba clara al receptor. Entonces, con la pulverizadora se hizo el control correspondiente del manchón. Esta tecnología, con una imagen satelital a 15 días de la cosecha es una excelente herramienta para la producción, la reducción de costos y la protección del medio ambiente”. 

Para mayores detalles dice: “La imagen satelital recibida cada 4 días es un servicio contratado que informa la situación en momento real de cada lote y permite conocer, por ejemplo, el índice verde de los cultivos para evaluar antes de la cosecha qué variedades o lotes responden potencialmente mejor que otros”. 

A esto se le anexa un programa de manejo donde se puede ver el 100% de lo hecho y utilizado en cada lote, con fechas, las cantidades de insumos, porcentajes de emergencia y el desarrollo de los cultivos como así también las máquinas utilizadas en cada una de las labores. 

Toda esta información la vemos en los celulares y así, al ingresar a cada lote, el programa nos geo posiciona y nos ofrece dicha información con la última imagen satelital disponible del lugar. A partir de allí, el técnico comienza a cargar al sistema lo que ve en esa visita, por ejemplo, si es necesario, confecciona una receta de aplicación de fitosanitarios y se le envía por celular en ese momento, al operador del pulverizador quien queda a cargo de hacer el trabajo”. 

Estos recursos, junto a la telemetría de las cosechadoras, más allá del mapeo, es una ayuda interesante que hace muchos años atrás parecía algo inalcanzable. Pero ahora, al mismo tiempo que trabajan las dos cosechadoras, en mi computadora o el celular, en mi oficina o donde sea, voy viendo su desempeño”, detalla Sergio.

Y agrega: “Otro ejemplo lo vivimos hace un tiempo cuando las 2 cosechadoras trillaban en el mismo lote, pero una trabajaba con mayor régimen de rotor. En ese caso, si no hay buena señal en el celular, se puede enviar un mensaje al operador a través de la computadora en la cosechadora, “vas con muchas vueltas en el rotor”. 

Este sistema de trabajo me permite conocer desde mi escritorio la velocidad de avance, horas de cosecha, consumos de combustible, regulación de las máquinas, en definitiva, todo lo que el operador ve en la computadora de la máquina. Con esta tecnología, luego de evaluar el mapa de rendimiento obtenido, le puedo enviar al tractor que va a sembrar detrás de la cosechadora, un mapa donde determina densidades y fertilizaciones en cada lugar del lote. Y con las máquinas marchando se hacen los ajustes necesarios”.

En este sentido, Sergio cuenta que otra de las tecnologías de alto nivel que manejan son 4 sembradoras, una de ellas, para siembra monograno, con corte por cuerpo con motores eléctricos. En ella todo se comanda desde la cabina del tractor donde se tienen pantallas táctiles de 14 pulgadas, donde el operador calibra la dosificación de semilla y fertilizante, y puede hacer que las mismas cambien a cada metro que siembre sin tener que dejar de realizar el trabajo. 

Esta herramienta es utilizada para optimizar los insumos y ser más productivo por ambientes, haciendo el sistema más sustentable. También automáticamente uno o más surcos dejan de sembrar donde ya sembró, con el objetivo de no superponer pasadas. Con las otras 3 sembradoras sembramos soja, en líneas a 35 cm de distancia a razón de 200 hectáreas cada 24 horas de trabajo, con solo dos cargas de semilla”, detalla.

En realidad, el campo no es solo un cultivo como a veces se cree, es una simbiosis entre las personas y el medioambiente donde, como siempre digo, ‘hay que recorrer los lotes como si uno fuera un médico clínico, solo que el paciente no habla y es necesario entender lo que nos quiere decir’, y para ello hay que hacerlo de lunes a lunes, con tareas por realizar en todo momento, debido a que la naturaleza nos va marcando el rumbo y uno tiene que actuar sujeto a ella”, concluyó Sergio.

Por Juan Raggio

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