Una vida dedicada a la producción en el campo
Con más de 80 años un productor sigue con sus vacas lecheras y algunos fierros en la actividad diaria de trabajo.
Don Florentino Bertone, con sus 82 años sigue trabajando en el campo, ubicado a unos 3 km de Morteros, Córdoba: “La cuidad crece tanto que cada vez esta más cerca del campo”, comenta.
“Mis abuelos llegaron desde Italia, del Piamonte, precisamente de Pinerolo que hoy es un municipio de la ciudad de Turín. Se afincaron aproximadamente en 1870 en la zona de Clucellas, Santa Fe, trabajando al principio en el ferrocarril, ya que habían llegado sin nada”.
“Luego se mudaron a Morteros donde el abuelo se dedicó al trabajo de campo, actividad que nunca abandonó. Lo seguimos mi padre y luego yo. Por supuesto que en su momento hice toda la primaria completa en Morteros”. Para Florentino, que nació y vivó toda la vida en el campo, la actividad no tiene secretos.
Con años de esfuerzo, los abuelos criaron 8 hijos, y fue con su padre que comenzaron el trabajo del tambo, luego pasaron a hacer engorde de novillos, y más tarde retomar de a poco el tambo. Recuerda que en el pasado la zona era de cosecha casi en exclusiva, pero a partir de los años 20 del siglo pasado comenzaron a aparecer los tambos porque como actividad daban mejor resultado.
Hoy cuenta entre 25 a 30 vacas en ordeñe y entrega la leche a una fábrica local que produce quesos, yogures y otros derivados de la leche. Cada vaca le da entre 15 y 20 litros diarios según la disponibilidad de pasto. Distribuye las 100 hectáreas que trabaja entre pasturas, cosecha fina y gruesa; y una parte la alquila a porcentaje.
Para la época de la gruesa se lo puede ver cosechando, por ejemplo, un sorgo de 60 o 70 quintales por hectárea de rinde, con una máquina Alasia del año 60, “que la compramos en el año 71, usada pero en buen estado”, explica.
“La máquina trabaja bien, todo normal, con un ancho de corte de 15 pies, es decir algo más de 4,5 m con sinfín y molinete con paletas de madera, como venía de fábrica en aquella época. En una jornada típica comenzamos la trilla a la una de la tarde y a las cinco ya pasamos las 22 hectáreas. Fue uno de los primeros equipos de la zona que pasó a cosechar a granel. Hasta ese momento se cosechaba en bolsa”, recuerda el entrevistado.
“Además de sorgo, suelo hacer trigo. En algún momento hemos levantado lino pre hilerado con cabezal recolector. También puede ser maíz, pero siempre pensando en la hacienda. Por ello también suelo sembrar alfalfa, o avena en invierno. Este año a pesar de la gran seca, pude manejarme con el sorgo y algo de rollos comprados, pero la situación no esta para nada fácil”.
En el trabajo de campo, Florentino incluye el mantenimiento de la cosechadora y sus reparaciones sencillas como arreglar las partes de chapa. Y también hace la conservación del tractor, “un Someca que compramos nuevo en el año 1960. Nunca le abrí el motor, ni le hice reparaciones, salvo la vez que se cambió el disco de embrague. Ya tiene 60 años de trabajo siempre con el mantenimiento de rigor. En la época que lo compramos, los traían “a pie” desde Ferreyra, Córdoba, en grupo de a 4 tractores que venían andando por la ruta”.
“A las 6 de la mañana ya estoy en movimiento como lo hice toda mi vida, con mucho gusto, y por ello sigo adelante”, dice Florentino Bertone cuando le preguntan cómo hace para no estar cansado luego de haber trabajado toda su vida en el campo.
Por Juan Raggio
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