En un mundo cada vez más tecnologizado, quedarse fuera del sistema o detrás de los avances y sus desafíos, es un temor que puede aparecer con mayor fuerza entre las generaciones previas a los nativos digitales. En esta ocasión, hablamos con el director de Capital Humano Agro, Federico Lyford-Pike, sobre las tendencias del comercio electrónico y el impacto de los procesos digitalizados.

«Dentro de la cadena agroalimentaria la tendencia claramente es ir hacia una completa digitalización de todos los procesos productivos y planteos de negocios», explica Lyford-Pike.

Para él, el gran cambio se produjo con la introducción de los teléfonos inteligentes, amigables y fáciles de manejar que, en definitiva, son verdaderas computadoras de bolsillo con capacidades y prestaciones inimaginables.

Según el especialista, para pensar esta situación se presentan 3 vectores que se separan drásticamente.

1. Nos podemos imaginar un primer vector que es la digitalización. Este vector crece de forma exponencial.
2. El segundo vector se presenta como la capacidad de aprendizaje de las personas. Este vector crece en forma lineal idealmente ascendente, pero muchas veces con “serruchos” en ese ascenso, porque hay que “desaprender” muchas cosas muy arraigadas en nosotros, para luego aprender las nuevas herramientas y tecnologías, entre ellas, los procesos digitales.
3. Por debajo de estos vectores, está la persona humana, con sus sentimientos, emociones y -quizás más que nunca- sus miedos y temores de no poder adaptarse a estos cambios. Todas son reacciones humanas frente a lo desconocido y a los evidentes y continuos cambios y las distintas velocidades que van operando.

«Este último vector no crece, se mantiene siempre en la misma línea, por debajo de la digitalización y los aprendizajes. Es nuestra naturaleza humana en su más pura esencia«, sintetiza Federico Lyford-Pike.

Probablemente, para los nativos digitales, los procesos digitales y los aprendizajes sean prácticamente un juego y por lo tanto, asimilados con total naturalidad. «Agarran un teléfono moderno y lo manejan de taquito», dice Lyford-Pike. Y agrega: «Cada nuevo desafío que se les presenta es encarado con total naturalidad y sin ningún tipo de miedo. Sabemos que el miedo siempre paraliza y pone las personas a la defensiva. Acá tenemos los “serruchos” de las emociones».

En primera persona

El director de Capital Humano Agro recuerda que en el año 2016 tuvieron que realizar una búsqueda para un Gerente de un Feedlot de Hotelería donde uno de los requisitos era la capacidad de memoria y observación, «para saber con precisión y al instante”, qué tropas pertenecían a tal cliente y en qué corrales estaban; de modo que si un cliente deseaba información, el gerente estaba en condiciones de brindarla en poco tiempo.

«Comprendimos perfectamente la solicitud de nuestro cliente y la búsqueda se realizó exitosamente», dice.

En julio de 2023, (7 años después), Lyford-Pike tuvo la oportunidad de recorrer un Feedlot de Hotelería y ante su sorpresa, a medida que recorrían los corrales, observó que el gerente del Feedlot -una persona joven- tenía en su teléfono celular toda la información de cada tropa: quién era el dueño, cuando ingresó la tropa, cuánto había sido su engorde diario desde que ingresó, plan sanitario, etc.

«Si en ese instante lo hubiera llamado el dueño de una tropa a 500 km. de distancia, el gerente estaba capacitado de darle al instante toda la información requerida, incluyendo una foto por WhatsApp; todo desde su camioneta», sentencia.

Y agrega que un candidato con más de 55 años en 2016, hubiera calificado bien para la búsqueda requerida en el primer caso. «Pero creo que en 2023, en un contexto de altísima digitalización, quizás al mismo candidato le hubiera costado calificar para la misma posición solicitada en 2016″, concluyó.

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