Agricultura
30/11/23
Generaron una valiosa herramienta para manejo apropiado de residuos y efluentes agropecuarios
Un grupo de profesionales del INTA trabajó durante casi dos años (desde fin de 2020 a octubre 2022) para dar cuerpo y concreción a un trabajo titulado “Residuos y efluentes agropecuarios y agroindustriales generados en el sur de Santa Fe”, una valiosa herramienta para los productores.
Uno de los participantes del trabajo es el ingeniero ambiental Ignacio Huerga, quien explicó a Expoagro que “el objetivo fue realizar una estimación de la generación de residuos pecuarios que los establecimientos de cría animal intensiva (tambos, cerdos, feedlot y aves para carne) generan en la zona estudiada. Y al mismo tiempo generar propuestas para el manejo apropiado de los residuos y efluentes que puedan ser adoptadas por los sistemas de producción animal en esa zona”.
“Es un espacio, dentro del INTA, que nos permitió pensar temas vinculados desde el periurbano, pasando por la agroindustria y en el tema puntual de los residuos pecuarios, que hoy en día, si bien algunas formas de producción se mantienen, hay otras que van cambiando y los productores empiezan a preguntarse, a cuestionarse, a ver cuál es el manejo de residuos que hacen”, añadió Huerga como elemento movilizador de la iniciativa.
Tiempos de cambios
Un factor clave es el cambio de paradigma productivo, según explicó, remontándose unos 30 o 40 años. “El cerdo y el pollo se criaban a campo, pero hoy es muy difícil encontrar un productor que no confine alguna de las etapas del proceso. Lo mismo en cría bovina, aunque es más versátil porque resulta más sencillo armar corrales para vacas que galpones para aves o cerdos. Así, el productor busca más rendimiento en carnes por animal, se encontró con la problemática de los residuos y debe buscar soluciones”, completó.
Acerca de la metodología el ingeniero ambiental contó que recorrieron varios establecimientos y cada uno tenía su sistema de manejo. Por caso, alguien que criaba aves destinaba ‘la cama de pollos’ al cinturón hortícola del Gran Rosario; también un pequeño productor pecuario destinaba el barrido de corrales a nutrición de cultivos. “Como estrategia es interesante, pero hay que hacer monitoreo permanente de suelo, porque no es lo mismo aplicar un fertilizante químico que estos insumos”, apuntó, remarcando que “los residuos pecuarios son, mayoritariamente, materia orgánica”.
Puntillosamente responsable, el ingeniero Huerga remarca respecto de la disposición final del residuo: “si el productor lo usa como insumo, debe hacerlo en un momento adecuado y en dosis óptimas. Si se usa un efluente para regar un lote, no puedo tirar lo que se me ocurre. Debo saber qué tiene ese efluente, qué necesita mi suelo, qué cultivo voy a hacer y qué requiere ese cultivo”. El celo aplica mucho más cuando se trata de una laguna pues debe evitarse la contaminación. “Son algunas de las cosas que el productor ya está haciendo y el que no lo hace, bueno, esto está por empezar a aplicar”, tranquilizó.
Insistiendo en la necesidad del monitoreo, el profesional ambiental se planta: “Porque en el efluente va todo, por ejemplo, en un criadero de cerdo va pelo, va cascarilla, va el resto de alimentos, van las heces. Y si yo no separo esa corriente sólida de la fracción líquida, en algún punto mi proceso de tratamiento no va a ser eficiente. Siempre hay que pensar en alguna instancia de separación mecánica, por sedimentación, por algún equipo, una máquina, etcétera”.
Documentado
Uno de los párrafos introductorios del trabajo realizado por los profesionales del INTA cita: “Con el fin de evitar esta contaminación al ambiente, en los últimos años muchos productores comenzaron a utilizar este tipo de residuos como insumo para la generación de energía y aporte de materia orgánica o nutrientes para los suelos agrícolas. El sur de Santa Fe contempla los departamentos Belgrano, Caseros, Constitución, General López, Iriondo, Rosario y San Lorenzo. Se caracteriza principalmente por ser una zona agrícola con suelos de alta capacidad productiva”.
“Según el Censo Nacional Agropecuario 2018, existen 2.101.682 de hectáreas que son utilizadas para el desarrollo cultivos. Asimismo, la producción animal es también una actividad importante en el sur provincial, visto que en este mismo Censo se informan 766.449 cabezas de bovinos (17% del total provincial); 373.493 cabezas de con porcinos (65%), 40.879 bovinos en ordeñe (6%) y 6.286.451 de pollos parrilleros (33%)”.
“Los residuos pecuarios que podemos encontrar en esta zona son los siguientes: camas de aves (compuestas por heces, orina, material absorbente, resto de alimento y plumas); excretas de cerdo (heces, orina y agua) estiércol bovino y efluentes de tambo”.
Visitas y sugerencias
En los casi dos años que insumió el trabajo los profesionales enriquecieron la relación con los productores y compilaron sugerencias. Entre otras: Implementar una separación de líquido/sólido cuando se generan corrientes de efluentes, a fin de mejorar el tratamiento posterior de la fase líquida.
“Esto es aplicable, especialmente en efluentes de tambos y producción porcina. Evaluar la posibilidad de generar energía con las corrientes de desechos de cerdos y tambos. En el caso de los residuos generados por feedlot y cama de pollo, realizar un compostaje para mejorar las características del material en su uniformidad, para facilitar la distribución en el uso agronómico.
Utilizar los residuos pecuarios para nutrición de cultivos realizando el correspondiente balance de nutrientes, que implica muestrear los residuos/efluentes y el suelo”, insistió Ignacio Huerga.
Nada se pierde, todo se transforma
Pivotando en las conclusiones del documento, Huerga repasa que “se genera un mayor volumen de residuos pecuarios respecto a los domiciliarios en el sur de Santa Fe. El impacto que puedan causar en el ambiente depende de su disposición final y su potencial utilización”. Agregando: “a diferencia de los residuos domiciliarios, que en la mayoría de los pueblos y ciudades (a excepción del Gran Rosario) terminan en vertederos a cielo abierto, provocando problemas de diversa índole; los residuos pecuarios se encuentran dispersos en todo el territorio del sur provincial, favoreciendo a pensar en prácticas amigables con el ambiente de una forma distribuida y a nivel predial. Su utilización para mejorar los suelos, generar energía y reutilizarlos en el sistema productivo”.
Respetando y resaltando la honestidad intelectual del ingeniero ambiental Ignacio Huerga, cumplimos en apuntar que en el trabajo participó la Estación Experimental Agropecuaria del INTA Oliveros, así como las Agencias de Extensión Rural de INTA Las Rosas, Roldán, Casilda, Cañada de Gómez y Venado Tuerto.
Por Alejandro Rafael Guerrero
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