“El campo se viste a la moda” con prendas fabricadas con silobolsas reciclados
Alumnos de un colegio agrotécnico de Landeta, en el noroeste santafesino, presentaron un proyecto para confeccionar prendas de trabajo con los silobolsas en desuso. Ya tienen los prototipos para fabricar pantalones, capas con capucha y dos tipos de delantales.
Con la intención de reducir el impacto ambiental de los silobolsas abandonados, los alumnos de la Escuela de Educación Técnico Profesional N° 301 «Mariano Moreno» de la localidad de Landeta, provincia de Santa Fe, desarrollaron un proyecto de reciclado para la confección de ropa de trabajo con estos materiales.
La iniciativa logró trascendencia nacional al conseguir el primer premio en Agromakers 2023, un programa que tiene como objetivo fomentar el espíritu emprendedor entre estudiantes secundarios en toda la provincia de Santa Fe, impulsado por la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).
“Agrodex”, nombre del proyecto estudiantil, “no sólo muestra un enfoque sostenible y creativo en la reutilización de materiales agrícolas, sino que también resalta la importancia de la innovación en la industria textil”, reconoció el jurado de Agromakers.
El proceso de selección de los trabajos ganadores de Agromakers comienza con una etapa virtual donde los colegios agrotécnicos y técnicos de la provincia presentan sus proyectos, a partir de lo cual se hizo una primera selección, para luego pasar a la instancia provincial que se desarrolló en la ciudad de Rosario el pasado 14 de noviembre, en la sede de la BCR.
Landeta, pueblo agrícola
Landeta está situada en el Departamento San Martín, cuenta con alrededor de 1500 habitantes, y fue fundada en 1893. Su ubicación original estaba cinco kilómetros al norte de su actual locación, pero en 1918 el paso de las vías férreas obligó al traslado a unos terrenos, propiedad de Jorge Landeta.
Una plaza pública y 12 manzanas cobijaron a la primera población de origen piamontés, principalmente, que se dedicaba a la agricultura.
La Escuela de Educación Técnico Profesional N° 301 «Mariano Moreno» es la única de la localidad, enclavada en una zona netamente rural en el límite con la provincia de Córdoba.
“Somos la única oferta secundaria del pueblo, entonces todos los chicos vienen, y aunque a algunos les gusta menos el campo, cuando cierran el ciclo escolar todos terminan queriendo esta vida, por todas las cosas que se pueden hacer”, describió Valeria Ellena, vicedirectora del establecimiento educativo.
Desde hace varios años la Escuela “Mariano Moreno” viene participando del programa de la BCR con distintas propuestas: “Este año los chicos de 6º año hicieron las pasantías en una empresa que queda a cinco kilómetros del pueblo, y en ese trayecto vieron que quedaban muchos silobolsas tirados en los campos, y a eso lo asociaron con que muchas veces no cuentan con indumentaria adecuada para salir los días de lluvia a darle de comer a los animales en la escuela, y se les ocurrió recuperar esos silobolsas para fabricar indumentaria para los trabajos en el campo”, describió la docente.
El proceso
Con esta idea en mente, los alumnos se contactaron con productores de la localidad que tenían silobolsas en desuso, los recolectaron y trasladaron a la escuela donde se los sometió a un largo proceso de limpieza.
“La primera idea fue confeccionar capas y pantalones, y como no sabíamos mucho de moldería, contactamos a una ex alumna que tiene un taller de ropa de trabajo y costura, con máquinas industriales, y con esa colaboración diseñamos los moldes y en la escuela se cortaron las prendas”, detalló la vicedirectora.
En este punto comenzaron las complicaciones, porque la dureza del material obliga a emplear equipos especiales de costura, por lo cual, tras varios intentos infructuosos con máquinas caseras, tuvieron que volver a recurrir al auxilio de la ex alumna y su taller.
Terminadas las prendas llegó la hora de la prueba para constatar si realmente eran impermeables y útiles para el duro trabajo rural. Aquí el clima les jugó una mala pasada, con cerca de tres años de persistente sequía. La alternativa fue improvisar y, a pura “manguera tuvieron que probar si soportaban una lluvia, si no les pasaba el agua. También comenzaron a agregar detalles, como los bolsillos para llevar herramientas”, agregó Ellena.
A fuerza de prueba y error los estudiantes lograron confeccionar los prototipos de cuatro prendas con silobolsas reciclados: capas con capucha, pantalones y dos tipos de delantales, y tienen pensado ampliar la oferta con riñoneras y portaherramientas.
Faltan equipos
Con todo el desarrollo terminado y las primeras prendas confeccionadas, el proyecto encontró una traba difícil de sortear para avanzar en el proceso de producción.
“La dificultad que tenemos es que no contamos en la escuela con una máquina adecuada para hacer la costura, por eso esa parte se tercerizó. Todavía no tenemos producción, pero la idea es dar continuidad al proyecto el año próximo, reuniendo el material para comenzar a producir, porque algunas empresas ya nos hablaron para comprarnos prendas”, señaló la vicedirectora, entusiasmada por la posibilidad de avanzar con esta propuesta, que además le podría brindar un ingreso económico extra al establecimiento.
Ellena puso especial énfasis en que “la idea surgió íntegramente de los alumnos”, y destacó el trabajo de las profesoras Vivian Dávila (Prácticas Profesionalizantes) y Mariana Jacob (Organización y Gestión de las Empresas Agropecuarias).
Si bien este año el premio otorgado por Agromakers no fue en efectivo (cada estudiante recibió un termo), la docente rescató que “este proyecto y la repercusión que tuvo nos dio la posibilidad de contactarnos con algunos productores y empresas, para ver de qué forma podemos encarar la compra de la máquina de coser, que es lo que nos está faltando para poder producir, porque el resto de los insumos no son tan caros y para los silobolsas, ya tenemos los contactos hechos con los agricultores locales para que nos aporten ese material”.
Dato final y preocupante: Según el relevamiento realizado por los estudiantes, en Argentina se utilizan por año 19 mil toneladas de silobolsas, que luego son desechados en los campos o quemados, generando dióxido de carbono. “Agrodex” se presenta como una respuesta innovadora a un problema en pleno crecimiento en los campos argentinos.
Por Pablo Salinas
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