La «ganadera del año” produce animales en zonas áridas con la misma calidad que en la Pampa Húmeda
Leticia Calvente es médica veterinaria y recientemente fue distinguida como “la ganadera del año” por la Cámara de Comercio, Industria, Agricultura y Ganadería de General Alvear, provincia de Mendoza.
Esta profesional desarrolla su actividad con un compromiso ejemplar, pues debe afrontar una división geográfica exigente; un tiempo en Venado Tuerto, sur de Santa Fe, y otra buena parte en el sur Mendoza, donde atiende el campo “Don Pancho”, que heredó su familia. Trabajó siempre acompañando a su padre que falleció en 2020 y a partir de ahí se hizo cargo de la parte ganadera.
“Es un campo de cría, todo de pastizal natural, no hay nada sembrado. Se ven principalmente terneros como en zonas de la Pampa Húmeda o de la cuenca del salado, donde se hace la terminación, recría y engorde”, describe.
“Hacer ganadería en zonas áridas es todo un desafío, pero estamos a la altura de la Pampa Húmeda, de las mejores tierras del país”, dijo Calvente cuando recibió la distinción, y dialogando con Expoagro añadió: “Siempre hemos tratado de ir innovando; siempre se hizo cría y de a poco se fue metiendo un poco de recría. Recrías cortas”, aclara.
“También tenemos una finca que, cuando llega el agua de riego (proveniente del río Atuel y por la que hay que pagar una alícuota) hacemos alfalfa bajo riego y con eso hacemos algo de recría para llevar a los animales a un peso algo mayor”. Respecto de esto último comenta que salen terneros de entre 160 y 180 kilos, que sacan de un destete de 110 kilos promedio.
“Somos un oasis que solamente dependemos del riego. Donde no llega el riego es árido, es un desierto”, explica la médica veterinaria, y esa descripción mensura más aún el esfuerzo de producción al que está obligada. “Cuidamos el agua de una manera absoluta”, remarca.
Ganadería “progre”
Leticia Calvente no oculta el orgullo de tener animales que no desentonan con los criados en la Pampa Húmeda, y en tal sentido pondera el trabajo de sus pares regionales: “Los ganaderos del sur de Mendoza han sido bastante progres, porque a pesar de las dificultades y lo que significa hacer ganadería en zonas áridas y semi áridas, con las inclemencias del tiempo… Imaginate que si hay sequía en otros lados lo que es acá en zona árida”.
En la ponderación agrega que “a pesar de todo, los ganaderos siempre han tratado de ir incrementando su capital genético”, comentando que mayoritariamente se trata de Aberdeen Angus negro. “Se ha logrado una genética muy buena y viene gente de otros lugares del país a comprar porque son animales muy bien catalogados”, apunta.
Ante una consulta acerca de la predilección por el Angus negro, estima que puede tratarse de una cuestión de tradición, pero poco a poco se está viendo también Angus colorado.
Trabajo en equipo
La ganadera del año se ocupa de remarcar la importancia de trabajar en equipo: “Es la mejor manera, por eso agradezco eternamente a mis amigos y colegas que comparten lo que anda bien y también lo que sale mal, porque realmente si no lo hacemos entre todos, esto no funciona”.
Y ahí surge la herencia paterna, el ADN. “Mi padre siempre fue de trabajar en cooperativas e impulsor del cooperativismo. Fundó una que hoy es un frigorífico de los más grandes del sur mendocino, y también una cooperativa vitivinícola donde todos los productores entregan la uva, se hace el vino y se comercializa”.
“Aprendí que siempre se trabaja en equipo. Y con la ganadería también, trabajamos como si fuera un grupo CREA, y así vamos. También trabajamos con el INTA Rama Caída, que se ocupa especialmente de pastizales naturales con especies autóctonas, cuidándolas para que el ganado no las agote”.
Cuidar el recurso
En buena parte de la Argentina ganadera se ponen en práctica diversos recursos y estrategias, como el pastoreó racional y otros. Para Calvente es imprescindible “tratar de manejar el pastizal natural sin agotarlo, porque después es muy difícil recuperar ese recurso”.
“Nos manejamos por cuadros. En mi caso el campo es de siete mil hectáreas, está dividido, tratamos de distribuir las aguadas para que los animales puedan comer en todo el cuadro y, principalmente, dar descanso para que las especies que tanto cuidamos, que son las que los animales consumen, puedan semillar y hacer el trabajo que debe hacer naturalmente la fisiología de la planta, en otoño y en primavera”, explica.
Expectativas
Acerca del panorama para la ganadería exhibe su optimismo “con esperanza y esperando que todo funcione: las exportaciones, comercio libre, porque si podemos aumentar el número de cabezas, trabajando bien para aumentar el número de destete -que es bajo- va a ser mejor para todos”.
Experiencia
La médica veterinaria Leticia Calvente se define apasionada por la investigación, está siempre ligada al Círculo de Médicos Veterinarios del Sur de Santa Fe; ha desarrollado su actividad en la UEL Firmat; también estuvo en IOWA, Estados Unidos, trabajando en un laboratorio especializado en micoplasma; tuvo un paso por el INTA Venado Tuerto, colaboró en el Programa Cría Bovina Intensiva (CBI).
Más allá de su labor profesional, dedica parte de su tiempo, en verano, a un galpón de empaque de frutas que es enviada al Mercado Central de Buenos Aires.
Por Alejandro Rafael Guerrero
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