Algunas tecnologías ganaderas para zonas marginales
La realidad ecológica (clima y suelo) de la región del sudoeste de Buenos Aires, Rio Negro y La Pampa, entre otros sitios de la Argentina donde la ganadería se instaló en los últimos años, limita su desarrollo productivo y económico.
De ahí que es necesario adaptar tecnologías, algunas con forrajes tradicionales y otras con alimentos “no convencionales” que permitan sortear las dificultades del ambiente y generen un Sistema Productivo que se sustente en el tiempo.
Entre algunas de las tecnologías posibles de aplicar y con resultados muy interesantes se pueden mencionar:
Forrajes tradicionales
Sorgos graníferos diferidos
Los Sorgos graníferos diferidos al otoño-invierno se caracterizan por tener niveles proteicos que varían entre 5 al 7%, digestibilidades entre 50 al 60% y fibra (fibra detergente neutro –FDN-) entre 65 al 70%. Estos forrajes se comportan muy bien para vacas de cría, siempre y cuando, se agregue alguna fuente proteica (verdeos de invierno, pasturas o concentrados) en niveles apropiados.
El suministro de una fuente proteica, en cantidades apropiadas, se hace más importante a medida que se acerca la parición. Caso contrario, se corre el riesgo de tener problemas en el parto y de que nazcan terneros con menor peso. Además, de los posibles problemas en la lactancia (calidad y cantidad de leche) y de no alcanzar un estado corporal adecuado para quedar, nuevamente, preñadas.
Sorgos BMR o nervadura marrón diferidos
Los Sorgos BMR o nervadura marrón se caracterizan por alcanzar una calidad muy superior que los Sorgos graníferos: proteína varía entre 7 al 9%, digestibilidad entre 65 al 70%, fibra (FDN) entre 50 al 60% y azúcares solubles 12 al 20%. En este caso, también, se debe agregar una fuente proteica (verdeos o concentrados) con terneros de destete o energético-proteico con novillos en terminación. Las ganancias pueden variar entre 0.8 a 1,2 kg/día y costos de producción de 0,6 a 0,8 dólares/kg.
Forrajes no tradicionales (naturales)
Para la ganadería la mayoría de los forrajes no tradicionales o naturales NO son malezas sino buenezas, porque tienen de buenos a muy buenos parámetros nutricionales y, gracias a ellos, se puede lograr una excelente respuesta animal (ganancia de peso) y mejor resultado económico, haciendo sustentable la ganadería en regiones con climas y suelos muy difíciles.
Buenazas (Flor Amarilla, Cardo Ruso, Rama Negra y Olivillo)
En los últimos 20 años se están experimentando con diferentes forrajes naturales (buenezas) con excelentes resultados productivos y económicos. Entre ellos están:
La Flor Amarilla (Diplotaxis teniofolia) se destaca por su calidad nutricional: proteína (8 al 15%), digestibilidad (55 al 70%), fibra (45 al 55%) y azúcares solubles (4 al 13%). Los mejores resultados se obtienen con el forraje cortado o como heno (rollo o fardo) para eliminar 2 sustancias que le dan un gusto amargo (alcaloides). También se puede hacer pastoreo directo cuando se encuentra “seca” en otoño invierno, aunque la calidad se reduce proteína (5 al 8%), digestibilidad (35 al 45%) y fibra (55 al 60%).
El Cardo Ruso (Salsola Cali), también, tiene excelentes atributos de calidad como proteína 10-18%, digestibilidad entre 50 al 70% y fibra entre 45 al 65%. Para aprovechar la máxima calidad y obtener muy buenos resultados productivos y económicos es necesario hacer un manejo adecuado, como pastoreo con alta carga (10-15 animales/ha) con las plantas jóvenes (menores de 30 cm de altura), desmalezadas estratégicas, corte para rollos con la planta verde y joven, etc.
La Rama Negra (Conyza sp) es otra bueneza que pasa desapercibida. Sus parámetros nutricionales son excelentes hasta los 30 cm de altura: proteína (mayor al 14%), digestibilidad entre 65-68% y fibra (FDN) entre 30-35%.
El Pasto Puna (Stipa brachychaeta Gordon) y la Paja Vizcachera (Stipa ambigua Spegazzini) se encuentran en gran parte del país cuyas características nutricionales no son nada despreciables. Tiene buenos niveles de proteína (8-15% PB), especialmente en los rebrotes. Si bien los niveles de fibra son altos (55-70%) y la digestibilidad baja (40-60%) se pueden obtener buenos resultados, especialmente con vacas de cría.
Con el Olivillo (Hyalis argentea), muy abundante en regiones semiáridas y subhúmedas, se están haciendo las primeras investigaciones con de vacas de cría. Los resultados obtenidos hasta la fecha son: proteína 7 al 10%, digestibilidad entre 50 al 60%, fibra (FDN) entre 45 al 65% y azúcares solubles 8 al 11%.
En todos los casos existen estrategias “exitosas” para aprovechar eficientemente cualquiera de estos forrajes naturales, como suplementos correctores energéticos-proteicos y aditivos líquidos (energético, proteico y mineral). Estos aditivos no sólo permiten aprovechar fibra de baja calidad, sino que además aportan proteína (40-42%) (similar al pellet de soja) y energía (3,2 Megacalorías de energía metabolizable) (similar al grano de maíz) y un amplio perfil de minerales.
Ramas de eucaliptus
En la Estación Experimental de INTA Bordenave (Buenos Aires) se realizaron varios trabajos de investigación en Engorde a Corral con ramas de eucaliptos junto con granos de maíz y pellets de girasol. En estos trabajos se han obtenido resultados productivos y económicos muy interesantes (mayor de 0,5 kg/cabeza/día y alrededor de 0,4 u$s/kilo producido).
En todos los casos, se debe hacer un uso racional de los recursos locales aprovechando las características nutricionales de cada uno y ajustando la carga animal a esta realidad. Es posible sostener los Sistemas Ganaderos en regiones marginales con resultados productivos y económicos adecuados y sustentables en el tiempo.
Por Aníbal Fernández Mayer. Doctor en Ciencias Veterinarias especializado en Nutrición Animal (Ing. Agr. M.Sc. PhD) Director Ejecutivo de la Consultora Internacional de Producción y Nutrición de bovinos (carne y leche).
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