“No hay barreras para la incorporación de las mujeres en la agricultura”
Para la agrónoma Gisela Daffunchio, el futuro del campo va de la mano de las mujeres y de la implementación de prácticas agrícolas sostenibles, la rotación de cultivos y el uso responsable de los recursos naturales.
La historia de la ingeniera agrónoma y productora agropecuaria Gisela Daffunchio está ligada a la constancia, el profesionalismo y su pasión innegociable por la biología y las plantas. Nacida en casa de productores agropecuarios oriundos del pintoresco pueblo de O´Higgins, ubicado entre la ciudad de Junín y la de Chacabuco, desde chica recibió el legado paterno por trabajar la tierra. Hoy a los 40 años le dio un salto profesional a aquella descendencia, consolidándose como una agrónoma profesional abocada en asesorar campos propios y ajenos en la vasta región del noroeste bonaerense.
Daffunchio dejó su pueblo junto a su familia para trasladarse a Junín a los 11 años, donde más tarde inició sus estudios en agronomía en la facultad que, por aquéllos años, dependía de la Universidad de Buenos Aires. Tras graduarse en 2007, se incorporó rápidamente al campo laboral como asesora técnica y comercial en Agro Comercial O´Higgins, empresa en la que aún hoy despliega su experiencia.
“Siempre me gustó la biología y las plantas. Me crié con mucho trato con productores, además de ser hija de un productor, por eso cuando comencé mis estudios me interesaba continuar con el trabajo de mi familia en el campo y dar un paso más para profesionalizarlo”, cuenta.
Casada con un especialista en sistemas de computación y madre de una hija, Daffunchio administra su tiempo entre la asesoría en campos arrendados por la empresa y el asesoramiento en su propio campo familiar. Su visión de futuro incluye el deseo de crear su propia consultora agronómica.
Los desafíos del sector no escapan a su análisis. “El incremento de los costos de producción, la baja de los precios internacionales de los cereales y la incertidumbre climática con un probable año “Niña” representan preocupaciones latentes para los productores. También en este horizonte nos preocupa el brote de Spiroplasma que en esta campaña fue fuerte y único en esta zona afectando al maíz. Esto nos pone en alerta para lo que viene”, dice.
En este contexto, Daffunchio aboga por la implementación de prácticas agrícolas sostenibles, como la rotación de cultivos y el uso responsable de los recursos naturales. Como integrante activa de la Asociación de Ingenieros Agrónomos de Junín (AIAJ) también baja línea sobre estos aspectos.
«Visualizo un futuro con una agricultura cada vez más sustentable, donde se incorporan prácticas como los cultivos de cobertura y la agricultura de precisión«, expresa con convicción la agrónoma.
Siempre apasionada por su profesión, Daffunchio alienta a las mujeres a explorar el campo de la agronomía. «Hemos avanzado significativamente en el sector agrícola. Las mujeres ocupamos roles que antes eran exclusivos de los hombres. Falta mucho camino por recorrer, pero la mirada de la mujer en una empresa agropecuaria es fundamental. No hay barreras para la incorporación de las mujeres en la agricultura. Las barreras a veces nos la ponemos nosotras mismas”, sintetiza.
En un mundo agrícola en constante evolución, la inspiración y liderazgo de mujeres como Daffunchio seguro dejará su huella en este apasionante mundo que nos propone el campo. Su historia es un testimonio presente del papel que desempeñan las mujeres en la construcción de un futuro agrícola más próspero y sostenible.
Por Diego Abdo
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