El influencer menos pensado
En un mundo digital saturado de contenido, el empleado rural Víctor Giri busca destacarse con su estilo genuino. Con cada video busca provocar risas, y echar un vistazo honesto a la vida rural. Giri demuestra que, a veces, las mejores historias se encuentran en los lugares más inesperados.
En el inmenso paisaje de las redes sociales, a menudo asoman perfiles que sorprenden simplemente por su originalidad y justamente, simpleza. Víctor Giri, un hombre de campo nacido en el corazón agropecuario de Ameghino, en la Pampa Húmeda, es uno de esos encuentros digitales inesperados que forman parte de la vasta “fauna” de influencers del campo que ha crecido en gran número durante estos últimos 5 años.
Con una vida dedicada al trabajo rural, Giri de 43 años encontró en el humor su herramienta para conectar con el público a través de sus redes sociales.
Como suele suceder en estos casos, todo comenzó como un juego entre amigos, cuando un compañero de trabajo lo animó a incursionar en el mundo del “agroinfluencer”. «Arranqué por insistencia de un compañero de trabajo que me decía ‘ayudame a hacer un video vos que sos gracioso y tenés humor'», relata Giri. Sus videos en poco tiempo ganaron popularidad en plataformas como TikTok.
Giri tiene el aspecto más clásico del “gringo” de campo bien rubión y voz que se afina al final de cada frase, algo amarrete a la hora de pronunciar las “s”. Vive en Junín, tiene una hija, Lola, de 9 años y unas ganas bárbaras de seguir mostrándose tal cual es en sus redes sociales, a través de lo que mejor le sienta: el humor campero, algo ácido, con cierto toque de doble sentido que se esconde detrás de una aparente inocencia.
Además de sus videos humorísticos, donde interpreta personajes anónimos y comparte situaciones cotidianas del campo con amigos y compañeros de trabajo, Giri también aborda temas relevantes para los hombres y mujeres del campo. En sus últimos videos, Giri ha ampliado su repertorio probando salames caseros, brindando consejos a las mujeres que sufren por los hombres y hasta cantando al estilo de Ulises Bueno. Tampoco faltan los videos donde se pone a arriar vacas hacia la manga en el medio de un corral, revisa un lote de maíz o le rasca la panza a un lechón que se termina echándose feliz en el medio de un chiquero.
“Me siento más cómodo haciendo videos de humor, porque genera mucha repercusión y me da felicidad. Y la gente es muy agradecida porque la hiciste reír unos segundos o porque capaz le cambiaste el humor con un simple video”, dice el gringo.
Claro que no anda solo por el mundo de las redes sociales. “Siempre recibo ayuda para armar los videos. Hasta mi hija me ayuda en la edición, pero de a poco fui aprendiendo más”, dice.
“Mi objetivo es ir creciendo en las redes sociales y tratar de subir contenido creativo y de humor que valga la pena. No subir por subir”, cuenta Giri, poniéndose serio. En su repertorio ya son varias las marcas que interactúan en sus posteos. “Estoy haciendo algunas publicidades. No creo que pueda vivir de esto, lo veo lejano, no digo que no se pueda, pero por ahora no. Si bien las redes sociales y los seguidores es un capital que tenés, no es tan tangible porque hasta podes hacer un contenido que disguste y perdés seguidores o quizás te cierran la cuenta y te quedas sin nada”.
Mientras tanto, a este gaucho de campo adentro se lo puede encontrar simplemente buscándolo por su nombre y apellido, Víctor Giri, así de simple como su humor.
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