Forraje verde hidropónico, el cultivo sustentable que da autonomía a los productores

Forraje verde hidropónico, el cultivo sustentable que da autonomía a los productores

Desde Churqui Cañada, un pueblo en la provincia de Córdoba, Victoria Moncada desarrolla y difunde esta técnica de producción de triple impacto que solo requiere agua, control de temperatura y humedad, sin necesidad de tierra, y permite obtener 12 kilos de alimento con un kilo de semillas en solo 12 días. 

Un campo de 30 hectáreas y un largo tiempo de sequía, fueron los motivos principales que pusieron, hace diecisiete años, a Víctor Moncada y su hija Victoria en el camino de la producción de forraje verde hidropónico (FVH). Pioneros en esta técnica de cultivo sustentable en Argentina, hoy son consultados desde todas partes del mundo y tienen el orgullo de haber revivido la esperanza de un pueblo que estaba desapareciendo. 

Expoagro (E): ¿Cómo comenzaron con la producción de forraje verde hidropónico?

Victoria Moncada (V.M): Mi padre es de Churqui Cañada, un pueblo muy importante del norte de Córdoba porque fue parte del Camino Real, donde tenemos el campo. En el año 2006/2007 empieza una época de mucha sequía, por lo que comenzamos a pensar qué podíamos hacer. Descubre que en otras partes del mundo hacían algo que llamaban hidroponía, que lo hacían hasta en el desierto. En ese momento, como abogada ambientalista, yo estaba muy involucrada con la contaminación producida por el plomo del turismo cinegético, por la caza de palomas. Me crié en el campo, muy vinculada a la tierra, la producción y los valores de nuestra patria, por lo que me interesó su propuesta y empezamos a buscar información técnica. Nos contactamos con gente de otros países que había llevado adelante estos procesos. Así empezamos a trabajar en nuestro campo. Hasta ese momento no éramos productores, pero empezamos a serlo con la hidroponía. 

 

E: ¿Qué es el forraje verde hidropónico?

V.M: Es la producción de forraje en gotitas de agua que se produce en un invernáculo con el esquema de un cultivo en altura. Así se genera una biomasa vegetal que se asimila a un tónico. En nuestro caso lo comercializamos bajo la marca Norte Verde Hidroponía, que es una fábrica de pasto, como nos gusta decirle. El proceso permite duplicar la materia seca y generar un alimento vivo lleno de vitaminas, minerales, proteínas para que los animales tengan alimento disponible a pesar de que las condiciones sean hostiles. Se genera en un espacio en donde se disminuye en un 90% el consumo de agua

E: ¿Qué semillas se utilizan?

V.M: Trabajamos con muchas semillas como maíz, trigo, cebada o avena. Nuestro know how está pensado para trabajar sin ningún tipo de nutrientes. Las claves son cuidar las condiciones de agua, temperatura y humedad

E: ¿Cómo es el rendimiento?

V.M: En el caso de la avena, por ejemplo, de un kilo de semillas que se siembra se obtienen 12 kilos de alimento en 12 días aproximadamente, duplicando la materia seca. 

E: ¿Cuáles son los beneficios del FVH?

V.M: Al ser un pasto tierno permite una mayor absorción de los nutrientes, facilitando la digestibilidad. En el ganado tiene un valor nutricional que impacta en la producción de leche y de carne, y en las pariciones. En el caso de las aves mejora el plumaje y la producción de huevos, en nuestro caso, fue un 20% superior. Además, mejora la salud animal y el productor reduce los costos de alimento balanceado.

Requiere menor consumo de agua. El riego que hacemos en el invernáculo, en donde reutilizamos el agua, es de 4 veces al día durante 1 minuto. Estamos trabajando en medir nuestra huella hídrica y de carbono. También estamos haciendo las primeras investigaciones junto con la Universidad Provincial de Córdoba para medir el impacto en ovinos y junto al gobierno de Córdoba para el desarrollo de la técnica. 

Otro beneficio es el espacio, porque el productor ganadero puede tener su propia siembra en poco espacio sin importar si el suelo es apto o no. En nuestro campo tenemos un invernáculo de 200 m2 donde trabajamos en altura y generamos 3 toneladas por día de alimento, que se complementa con materia seca. Es decir que con mi pequeño invernáculo puedo alimentar 600 terneros o 3 mil ovejas. De esta manera en un contexto hostil voy a poder tener una buena producción y rentabilidad.

Además, en el caso de Norte Verde es un proyecto de triple impacto que busca el cuidado del ambiente, el bienestar animal, el desarrollo de la comunidad y la prosperidad económica de los productores. 

E: ¿Qué inversión requiere trabajar con FVH?

V.M: La inversión inicial es baja, después se puede ir incorporando tecnología. En nuestro caso tenemos un sistema de enfriamiento en el invernáculo que nos permite trabajar todo el año con excelente rendimiento.

Jugo de pasto, un superalimento

Los animales no son los únicos que pueden beneficiarse con las bondades del FVH. Los Moncada también descubrieron que era posible producir un jugo verde apto para consumo humano a partir de este cultivo, generando un proceso de economía circular.

E: ¿Cómo es el jugo de pasto que producen con FVH?

V.M: Descubrimos que a partir del brote del trigo se genera en otros países del mundo como Estados Unidos, Canadá, India o en Europa, un superalimento que es el jugo de pasto. Así empezamos a extraer la clorofila de los brotes del trigo con una extrusadora y lo ultra freezamos a menos 80 grados. Hoy somos productores con nuestra propia planta de alimentos de jugo de pasto o clorofila a partir de un proceso hidropónico. Es un superalimento que comercializamos sin aditivos ni conservantes habilitado por ANMAT. 

E: ¿Cómo se cumple el ciclo de economía circular?

V.M: Es un proceso de economía circular porque cortamos el brote para extraer la clorofila y queda la raíz que genera un segundo rebrote que usamos para los animales. 

El poder de la hidroponia

El proyecto de trabajar con forraje verde hidropónico no fue solo una propuesta para reactivar el campo familiar sino que, a partir de ver sus resultados, Victoria decidió compartirlo con toda la comunidad. Para ello creó la Cooperativa de Trabajo Churqui Cañada en la que 7 familias trabajan de manera directa en la producción, y la Fundación Consumo y Ambiente con la cual llevan a cabo las investigaciones.

E: ¿Cómo extendieron esta herramienta al pueblo?

V.C: Este modelo de desarrollo hidropónico nace como una herramienta para transformar economías rurales vulnerables. En un principio lo pensamos para esas zonas secas, con mucha necesidad no solo de los animales sino también del pequeño productor que termina mal vendiéndolos por no poder alimentarlos. Este sistema viene a palear la situación tan terrible de los productores cuando atraviesan el bache forrajero. Por eso en la época invernal es cuando mejor se logra la producción hidropónica, el calor es el enemigo más grande por el hongo que trae aparejado. 

Trabajamos para que desde la fábrica de pasto de Churqui Cañada se genere mano de obra genuina sobre la base del cooperativismo, por el bienestar de los animales y la prosperidad económica de las familias productoras, esto nos permite cuidar el arraigo de los jóvenes. 

E: ¿Qué cambió para los productores?

V.M: La hidroponía te permite ser un productor autónomo, que puedas generar tu propio alimento para los animales sin depender del balanceado. Al principio fue muy difícil pero se está empezando a construir un nuevo paradigma de productores. 

Además la hidroponía posiciona al pueblo, que tiene 70 habitantes en 28 casas. Empezaba a perderse y ahora los jóvenes empiezan a volver al pueblo. Estamos trabajando en un proyecto turístico para posicionar a Churqui Cañada como un destino exótico a través de la hidroponía, y soñamos con la reapertura de la escuela primaria.

E: ¿Les brindan capacitación a los productores sobre hidroponía?

V.M: Desde la Fundación tenemos un sistema de capacitaciones con las que acompañamos al productor para que logre tener su sistema de hidroponía. Los pilares básicos son las semillas y las herramientas que se puedan tener para controlar agua, temperatura y humedad.

E: Por su experiencia son un referente para productores de todo el mundo ¿hasta dónde han llegado?

V.M: Fueron años de investigación, inversiones, aciertos y fracasos. Ahora nos consultan de todas partes del mundo. Nos visitó un bielorruso a Churqui Cañada que nos encontró buscando hidroponía por redes sociales. También capacitamos gente de México, Perú, Bolivia, Chile, Brasil. Fuimos a capacitar a España y Alemania.

Incluso la FAO, a la que tomamos como guía con su Manual Hidropónico, publicó un informe destacando nuestra experiencia con el forraje verde hidropónico en Churqui Cañada. 

Liderazgo de mujer

Con cada paso que da, Victoria Moncada deja su huella. Siempre con la bandera de los beneficios del triple impacto de la producción de FVH, el empoderamiento de los pequeños productores, y en especial de las mujeres, fue avanzando en su camino dispuesta a asumir nuevos desafíos. 

E: ¿Cómo fue tu paso por la Sociedad Rural de Córdoba?

V.M: Al principio fui concesionaria del espacio hidropónico de la rural, queriendo desde ese modelo convocar e incentivar a los productores, con la intención de generar desde una institución tan tradicional un espacio para los nuevos productores. 

Luego fui vicepresidenta y en 2022 asumí como primera presidenta mujer de la Sociedad Rural de Córdoba, trabajando con compromiso y dedicación, hasta renunciar en 2024. 

E: ¿Por qué decidiste finalizar antes tu mandato? 

V.M: Como les pasa a muchas mujeres, me encontré con obstáculos que van más allá de la propia gestión. Hay un sector de la población que todavía genera mucha resistencia al liderazgo de las mujeres, por eso decidí dar un paso al costado para preservar la prosperidad de la institución que tanto amo y priorizar mi salud y a mi familia. 

E: ¿Qué rescatás de esa experiencia? 

V.M: Lo más interesante para transmitir es que llevé adelante la modificación del estatuto, me ocupé de generar y trabajar por la paridad en la institución y fuimos la primera sociedad rural con una lista integrada mitad hombres y mitad mujeres. No importábamos nosotras sino que todas esas mujeres que trabajan en el campo desde la mañana hasta la noche pudieran ser reconocidas como miembro de una sociedad rural y se vieran reflejadas en alguna de nosotras. 

Además, por haber sido presidenta fui invitada por la ONU Mujeres para compartir un espacio con las grandes dirigentes de la región, reconociendo mi paso por la Sociedad Rural porque ya había renunciado. 

E: ¿Qué pensás de las mujeres en el agro?

V.M: Siempre pienso que la mujer en el agro es la guardiana del planeta que habitamos, de la producción, de los cultivos. Por esa capacidad que tenemos de hacer una mirada más integral, no solo pensando en el hoy sino con proyección. 

Por Paola Papaleo

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