Más kilos y mejor calidad: el girasol muestra su potencial

Las condiciones climáticas, la mejora en los híbridos y los buenos precios internacionales impulsan el crecimiento del girasol en la región. Los especialistas destacan el avance del cultivo, la importancia de su manejo y la articulación entre instituciones para generar información clave para los productores.
El cultivo de girasol está experimentando un notable resurgimiento en el noroeste de la provincia de Buenos Aires. Factores climáticos, mejoras en la genética y un mercado internacional favorable han contribuido a que productores y especialistas del sector vuelvan a considerar este cultivo como una alternativa viable y rentable. Tres referentes del ámbito agropecuario comparten su mirada sobre esta tendencia en auge.
Un interés creciente
La reciente jornada sobre girasol organizada por el INTA, la AIAJ, la UNNOBA y ASAGIR en Morse, reflejó el interés del sector. Guadalupe Tellería, del INTA Junín, destacó la masiva convocatoria: “Sorprendió un poco la cantidad de asistentes. Sabíamos que el girasol está generando demanda en la zona, pero no esperábamos 130 personas. Es un cultivo que ya hace dos campañas se viene ampliando y evidentemente se va a quedar por un tiempo”.
Tellería explicó que la recurrencia de los eventos climáticos asociados a La Niña ha perjudicado otros cultivos, lo que ha impulsado el regreso del girasol. “Por otro lado, el buen precio que presenta también ha motivado su resurgimiento. La gente se acercó para conocer los híbridos disponibles en el mercado y las estrategias de manejo”, agregó.
Innovación y manejo del cultivo
Juan Ignacio Fariña, de la Asociación de Ingenieros Agrónomos de Junín (AIAJ), remarcó que esta es la primera jornada dedicada exclusivamente al girasol en la región. “Desde la asociación, hace diez años venimos trabajando en ensayos comparativos de rendimiento de los cultivos tradicionales. Este año decidimos innovar con el girasol porque su presencia en la zona ha crecido en los últimos años debido a regímenes de lluvias por debajo del promedio”, explicó.
Fariña también subrayó que el girasol de hoy no es el mismo de los años 90. “Se ha mejorado en conocimiento y manejo del cultivo: densidad, herbicidas y control de adversidades. Además, el precio internacional ha influido mucho en su expansión, en gran parte por el conflicto entre Rusia y Ucrania, que ha reducido la oferta y elevado los valores del producto”, señaló.
El especialista resaltó la importancia de elegir correctamente el híbrido para optimizar el rendimiento: “A los profesionales nos sirve conocer distintos materiales para alcanzar los resultados buscados. Estas reuniones técnicas permiten compartir información clave para mejorar la producción”.
Cambios tecnológicos y desafíos
Mauro Mortarini, consultor de Ojos del Salado, coincidió en que el girasol está retomando protagonismo tras décadas de menor presencia. “Estamos hablando del regreso del girasol en la región después de 20 años. La genética ha cambiado, el manejo del cultivo también: densidades, control de malezas y cosecha, todo el paquete tecnológico ha evolucionado”, afirmó.
Para los productores con más trayectoria, el girasol sigue asociado a las prácticas de antaño. Sin embargo, Mortarini destacó que hoy los híbridos ofrecen mejor comportamiento ante enfermedades, mayor potencial de rendimiento y bonificaciones por materia grasa. “Muchos productores probaron el cultivo nuevamente y vieron que los resultados fueron muy buenos, lo que los incentivó a continuar sembrándolo”, comentó.
Uno de los factores clave para lograr altos rendimientos es la fecha de siembra. “Las fechas más productivas son a inicios de octubre. En esas semanas, el cultivo maximiza la productividad y el rendimiento en materia grasa”, explicó. Además, subrayó la importancia de elegir genéticas resistentes y de planificar correctamente la estrategia de control de plagas y malezas. “Hoy contamos con herramientas muy efectivas para manejar insectos y malezas, además de híbridos con características que reducen los daños por aves”, añadió.
Un cultivo con futuro
El resurgimiento del girasol en el noroeste bonaerense no es una moda pasajera, sino el resultado de una combinación de factores climáticos, tecnológicos y de mercado que han favorecido su expansión. El trabajo articulado entre instituciones como el INTA, la AIAJ, la UNNOBA y las empresas del sector está generando información valiosa para mejorar la producción y consolidar el cultivo en la región.
Como señala Tellería, “el desafío es seguir trabajando en conjunto para responder a las interrogantes del productor y optimizar el manejo del cultivo”. En este nuevo escenario, el girasol se posiciona como una opción con gran potencial para los próximos años.
Por Diego Abdo
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