Alimentos transgénicos, el desafío de comunicar sus beneficios

Alimentos transgénicos, el desafío de comunicar sus beneficios

La Ing. Agrónoma María Luz Zapiola explica el rol de la agrobiotecnología en la industria alimentaria y cuenta cómo a través de presentaciones fructíferas ayuda a profesionales del agro a comunicar de forma clara temas controversiales. 

La biotecnología agrícola tiene un rol estratégico dentro de la producción de alimentos. No solo mejora la resiliencia de los cultivos y aumenta su rendimiento, sino que también permite aumentar la vida útil de los productos que consumimos. Sin embargo, si se hiciera una encuesta sobre cuáles son los temas más controversiales dentro de la industria alimentaria, probablemente la biotecnología, y puntualmente los transgénicos, se encuentren entre los primeros del ranking. Para entender por qué sucede esto, dialogamos con la Ingeniera Agrónoma María Luz Zapiola, Responsable del Área Técnica en ArgenBio, quien además entrena a profesionales del agro para que puedan comunicar de manera fácil este y otros temas difíciles

Expoagro : ¿Qué es la biotecnología y cómo se vincula con los alimentos?

María Luz Zapiola : Biotecnología es un término muy amplio que lo podemos resumir como el empleo de organismos vivos para producir un bien o servicio útil para el ser humano. Como humanidad es algo que venimos usando desde hace miles de años cuando empezamos a hacer cerveza, vinos, yogurt o quesos por ejemplo, sin saber que en esos procesos había involucrados microorganismos que participaban de la fermentación. Después, a partir de mediados del siglo XIX, descubrimos la participación de microorganismos en estos procesos y se empezaron a controlar las condiciones dentro de las cuales se llevan a cabo, optimizando sus resultados. En la década de los 80s se suma la tecnología del ADN recombinante o la ingeniería genética (son sinónimos), dando inicio a la biotecnología moderna,  poniendo así a nuestra disposición herramientas que nos permiten sumar uno o más genes de otra especie, que aportan características deseadas a una especie que se quiere mejorar, y así surgen los organismos genéticamente modificados o transgénicos.

E: ¿Cuál es la aplicación de la biotecnología moderna?

M.L.Z: Esta biotecnología moderna se utiliza para producir enzimas u otras moléculas de interés, de forma más eficiente y segura. Como por ejemplo en producción de vacunas, hormonas de crecimiento humano o insulina y en la industria alimentaria se usa en la producción de enzimas, entre otras moléculas. Por otro lado, la biotecnología moderna se suma a las herramientas convencionales para el mejoramiento vegetal y animal. 

Todo lo que comemos hoy está modificado genéticamente porque nada existía tal cual en la naturaleza. El tema es cómo fue modificado. A las técnicas de mejoramiento convencional, como los cruzamientos, las mutaciones inducidas o la selección artificial, se les suma la transgénesis, es decir el poder incluir un gen de una especie en otra. Esa intervención da como resultado un organismo transgénico que es sinónimo de organismo genéticamente modificado (OGM).

E: ¿Cuáles son los objetivos de esta modificación? 

M.L.Z: Los objetivos principales son tres:  Por un lado, mejorar características agronómicas de los cultivos, hacerlos más resilientes, mejor adaptados, más eficientes en proteger el rendimiento y la calidad de lo producido; de esta forma se obtienen cultivos tolerantes a herbicidas, con resistencia a insectos, tolerancia a sequia o salinidad, o tolerancia a determinadas enfermedades. Además, mejorar la calidad del final del producto, como sucede con las papas y manzanas que no se pardean, el ananá rosado y el tomate morado que contienen una mayor cantidad de antioxidantes, el arroz dorado con vitamina A, entre otras innovaciones. Esto, a su vez, contribuye a proteger el alimento, aumentar su vida útil, colaborar con alimentos más saludables y nutritivos, reducir el desperdicio y la pérdida de alimentos. Y el tercer objetivo es la producción de moléculas o enzimas de interés en algún cultivo específico, lo que se conoce como “molecular farming”, como es la producción de pro-quimosina bovina en semillas de cártamo transgénico.

E: ¿La biotecnología sigue avanzando en herramientas para mejorar los cultivos?

M.L.Z: Si, la última herramienta que se sumó es la edición génica que es usar las herramientas de ingeniería genética para hacer algún cambio específico y dirigido en el ADN de la especie a mejorar, como si se editara un texto. Se usa mucho para apagar genes, como en el caso de la papa editada que se desarrolló en INTA de Balcarce, a la que le apagaron el gen que hace que se ponga negra y ahora dura más tiempo que la papa convencional sin oxidarse.

Argentina fue el primer país del mundo que definió un marco regulatorio para tratar los productos de la edición génica, en 2015. La normativa se basa en que si en un cultivo se modifica el ADN mediante el uso de herramientas de edición génica, sin agregado de una secuencia extraña de ADN, el producto resultante se considera convencional, no transgénico, porque podría haber ocurrido en la naturaleza por una mutación puntual. Este criterio está siendo adoptado, con mayor o menores cambios, por otros países en el mundo. 

E: ¿Por qué término transgénicos resulta tan controversial?

M.L.Z: Como seres humanos la tendencia natural es tenerle miedo a lo que no conocemos. Por eso la importancia de comunicar y contribuir a la conversación sobre las innovaciones y sus bases científicas. Otro punto importante es la distorsión de la percepción del riesgo. Somos seres emocionales que razonamos y muchas veces la emoción pesa más que la razón.

E: ¿Eso sucede también con la rivalidad orgánico vs. transgénico?

M.L.Z: Lo orgánico es una forma o sistema de producción y su contraparte sería lo convencional, mientras que los transgénicos son el producto de un método de mejoramiento de cultivos. En ambos sistemas, orgánico y convencional, los cultivos que usamos son modificados genéticamente, sin embargo en la producción orgánica no se permite el uso de cultivos modificados por transgénesis. 

Cuando se le pregunta a la gente por qué elije lo orgánico, te dicen que es porque es más seguro, más sustentable. Pero no necesariamente todo lo orgánico es más sustentable o seguro. En general, la producción orgánica tiene menos rendimiento y es más común ver productos algo afectados por insectos o enfermedades que en la producción convencional, por lo que se requiere más superficie para producir lo mismo que en sistemas convencionales. Aunque el mito sugiera que en la producción orgánica no se usan pesticidas, esto no es así ya que  también se usan pesticidas aprobados para ese tipo de producción, en algunos casos son de síntesis biológica, lo que no quiere decir que sean menos tóxicos que los de síntesis química. La combinación de todas las herramientas e innovaciones que hay en la producción convencional, que incluyen pesticidas de síntesis biológica y química, cultivos transgénicos, cultivos editados, siembra directa, drones, y agricultura de precisión, permiten ir aumentando la eficiencia, la calidad de lo producido, con mayor rendimiento y menor superficie requerida para producir lo mismo. 

E: ¿Cuáles son los desafíos para la agrobiotecnología?

M.L.Z: El mayor desafío sigue siendo la aceptación pública, cómo comunicamos las innovaciones y avances en forma clara y entendible a los consumidores y tomadores de decisiones para que tomen medidas basadas en ciencia y no en emociones, sabiendo que la agrobiotecnología contribuye a que cada vez podamos producir más y mejores alimentos, fibra y energía de una manera sustentable. Tenemos que traducir los términos técnicos a un idioma que nuestro interlocutor entienda. Además, las tecnologías van avanzando, por lo que otro desafío es que los sistemas regulatorios puedan innovar y adaptarse a los cambios. 

E: ¿Por eso te propusiste entrenar a los profesionales del agro para que puedan dar presentaciones efectivas?

M.L.Z: Hace más de 25 años vengo hablando a audiencias diferentes sobre temas técnicos muy específicos. Fui 19 años docente universitaria en Argentina y en Estados Unidos. También trabajé en la industria, en el área de desarrollo tecnológico, con el desafío de entrenar a la fuerza de venta de una multinacional. Desde que estoy en Argenbio, hace ocho años, tengo interacción con un público distinto, profesores de biología, biotecnólogos, que necesitan herramientas para poder explicar temas difíciles a diferentes audiencias. Entonces pensé en aprovechar este background de haber pasado incluso situaciones difíciles frente a auditorios que interpelaban lo que decía, para ayudar a colegas y otros profesionales del sector a comunicar temas desafiantes. Cuando hablas de pesticidas, herbicidas o transgénicos, muchas veces recibís del público preguntas que no son muy amigables e incluso se tornan agresivas. El desafío es aprender a entender que las preocupaciones en general son genuinas y poder contribuir a la conversación con información clara y simple. 

E: ¿Cómo lo implementás?

M.L.Z: Todo lo que aprendí lo quise compartir con colegas para contribuir a que cada vez tengamos mejores conversaciones tanto hacia adentro como hacia afuera del sector. El objetivo es vencer el miedo escénico, resumir mucha información en poco tiempo, traducir en un lenguaje simple algo técnico, cómo hablar de forma de captar la atención de la audiencia. Desarrollé mi método para dar una presentación teniendo en cuenta los cuatro pasos principales que permitan prepararte mentalmente, preparar el tema, elegir y diseñar el primer boceto, armar la presentación y darla de una forma amena, memorable. El año pasado empecé con el podcast “Presentaciones fructíferas” y este año sumé el Instagram.

E: ¿Qué te incentivó a emprender este proyecto? 

M.L.Z: Mi intención es fortalecer a los profesionales de la agrobioindustria para poder contar a la población todo lo que hacemos, la innovación, la ciencia y tecnología que hay detrás y que no siempre es valorada o bien vista por la sociedad. Me encanta poder comunicar a distintas audiencias todo lo que hacemos. Mi desafío es aportar mi conocimiento para que el sector sea bien comprendido, reconocido. Que podamos contribuir a la conversación, acercar el campo a la ciudad.

Por Paola Papaleo

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