Lo que pasa en el campo

25/02/23

Equipos clave para recuperar suelos salinos

Aldo Biondini, asesor y autodidacta en la nutrición de suelos, con varios lotes recuperados, explica algunas claves y herramientas que aplica para resolver la salinidad que se presenta en los perfiles de la Cuenca del Salado y en otros lugares de nuestro país.

Con la difusión de la siembra directa, que en nuestro país comenzó en la segunda mitad del siglo XX, muchos productores y asesores comenzaron a elegir criteriosamente las herramientas para lograr un manejo cuidadoso del suelo. El paratill es una de ellas, utilizada para descompactar los estratos inferiores del suelo y ayudar en la recuperación de los suelos con problemas de salinidad

Paratill

El paratill, como todo escarificador, realiza un corte preponderantemente vertical del suelo sin rebatimiento y dejando la superficie casi sin remoción, menos que muchas otras herramientas de laboreo vertical. Solo deja estrechas aberturas que hacen sus timones que, sostenidos por un robusto chasis, llevan cada uno de ellos en su extremo inferior, una reja o púa. 

Cada timón tiene un filo en su borde delantero y su cuerpo tiene una forma curvada o en ángulo con el fin de producir una elevación del suelo desde los 25 a 35, que es la profundidad a la que trabaja la máquina. De esta manera se busca esponjar el suelo (mullirlo).

Aldo Biondini, de Tres Arroyos, un estudioso experto en el cuidado y reparación de suelos dañados por excesos de uso, nos habla del empleo por una única vez, del paratill para la recuperación de salitrales

Aldo Biondini

Aldo Biondini

El experto explica que en los salitrales se forman láminas donde quedan retenidas las sales de sodio, y en ellas se empieza a compactar el suelo. Una solución a este problema es oxigenar el sitio para promover la respiración de las raíces, como también el precipitado del sodio. “Evalúo a qué profundidad está la napa, lo ideal es que esté por debajo de los 60 cm., y el paratill me permite cortar entre 25 a 30 cm. el suelo”, dice.

El mismo experto hace la salvedad de que, si la napa está muy cerca de la superficie, evita el uso del paratill, porque en este caso se genera el afloramiento de la napa a la superficie, y es peor el remedio que la enfermedad. Luego, cuando llueve, el agua penetra en el suelo por los cortes del paratill, de manera que la sal comienza a precipitar.

“Luego aplico azufre o sulfato de calcio, a razón de 2 a 3 litros/ha, dependiendo del pH, acompañado de 1 a 2 litros de potasio, aplicados con 120 litros de agua/ha y pastilla de cono hueco en la pulverizadora. Esto permite la corrección del pH y la precipitación del sodio por efecto del Potasio, y a los 30 o 60 días repito la aplicación de azufre y potasio, para terminar de precipitar las sales del suelo”, detalla el especialista.

“Un disco luego del paratill a unos 8 cm de profundidad de trabajo, ayuda a la acción del sulfato y del potasio. Antes de la siembra recomiendo el tratamiento de semillas para alimentarlas y protegerlas de los problemas de ese suelo”, recomienda Aldo Biondini.

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