Agricultura Regenerativa
19/12/24
¿Cómo cuidar las biotecnologías de tolerancia a herbicidas?
La aparición de resistencias en malezas hace necesario repensar las estrategias de manejo para prevenir y preservar las tecnologías disponibles.
La biotecnología aplicada a los cultivos se convirtió en un pilar esencial para el manejo integrado de malezas. La generación de un cultivo transgénico tolerante a herbicidas lleva muchos años de desarrollo y una inversión millonaria, por lo tanto es imprescindible mantener vigentes estas biotecnologías el mayor tiempo posible.
El maíz lídera en cuanto a desarrollo biotecnológico, alcanzando 11 genes introducidos, más un gen sobreexpresado por mutagénesis. La mitad de estos eventos le confieren al cereal tolerancia a herbicidas, mientras que 5 genes resistencia a lepidópteros y 1 a coleópteros. De los 18 materiales existentes al momento, varios de ellos cuentan con 4, 5 y hasta 6 eventos apilados -en el caso de Powercore Ultra Enlist– (Fig. 1).
En soja, el panorama es similar, contando con 10 genes introducidos hasta el momento, más un gen sobreexpresado por mutagénesis. A diferencia del maíz, solo 2 de ellos codifican para proteínas con actividad insecticida, mientras que el resto le confiere tolerancia a diversos herbicidas.El abanico de materiales disponibles suma 6 opciones, en su mayoría con 2 eventos apilados, salvo Enlist y Conkesta Enlist que apilan 3 y 5, respectivamente.
Fig. 1 eventos biotecnológicos en soja y maíz (Fte: REM y ASA)
Según la encuesta REM 2024 realizada a productores socios de Aapresid, en un 10,5 % del área sembrada con maíz y en un 21,4 % del área sembrada con soja se utiliza la tecnología Enlist. Estos valores representan el promedio a nivel país y expresan variaciones entre regiones, reflejando las particularidades locales y las estrategias de manejo adoptadas en cada zona.
En este contexto, entre las tecnologías disponibles para el manejo de malezas resistentes, el sistema Enlist (que confiere tolerancia a los herbicidas 2,4-D, glifosato y glufosinato, en soja, sumando además graminicidas FOP en maíz) ha surgido como una herramienta clave, ofreciendo una paleta de activos más amplia a los productores que enfrentan este desafío en ambos cultivos.
Esta tecnología propone un programa de control y de gestión de resistencias. Como se sabe, los procesos evolutivos de resistencia se aceleran en ambientes donde el escenario se repite con asiduidad, y con el tiempo esto complejiza el manejo del sistema. El camino correcto debe ser planificado, proponer rotaciones de cultivos y la adopción de estrategias de control químico con aplicaciones alternadas de mezclas de al menos dos modos de acción diferentes con actividad herbicida en la maleza problema.
Una de las virtudes de esta tecnología es ampliar las posibilidades de control, permitiendo armar escenarios con estrategias de manejo combinando modos de acción de presiembra y post emergencia para la mayoría de las principales malezas problemas, ofreciendo tolerancia a las aplicaciones de glifosato, glufosinato, 2,4-D y haloxifop (para maiz) en post emergencia.
Glifosato, es un herbicida sistémico de amplio espectro, actúa inhibiendo la EPSP sintasa, una enzima clave en la síntesis de aminoácidos esenciales en las plantas. Glufosinato, esencialmente de contacto y también de amplio espectro, interfiere con la actividad de la glutamina sintetasa, lo que provoca la acumulación de amoníaco y la muerte celular. 2,4-D, un herbicida hormonal sistémico que imita la acción de las auxinas, causando un crecimiento descontrolado y letal en las malezas de hoja ancha. Por su parte, haloxifop, un herbicida graminicida de la familia de los FOPs, inhibe la ACCasa, afectando principalmente a malezas gramíneas. En el sistema Enlist, estos herbicidas tienen la posibilidad de aplicarse en postemergencia, ofreciendo flexibilidad y compatibilidad con el crecimiento del cultivo.Todo lo anterior pone en evidencia que lo importante no es la tolerancia en sí que el sistema aporta, sino las posibilidades de manejo que este ofrece. El mensaje es claro: aplicar esta tecnología no significa de ningún modo prescindir de los herbicidas residuales en presiembra, que poseen otros sitios de acción y están apuntados a controlar las primeras camadas de malezas problema, alivianando el trabajo a los que se apliquen sobre el cultivo ya implantado.
Si vamos a casos concretos, los inhibidores de la enzima Protoporfirinógeno oxidasa (PPO), Inhibidores de la fotosíntesis en el Fotosistema II, los inhibidores de la enzima acetolactato sintetasa (ALS), los inhibidores de la enzima fitoeno desaturasa (PDS), Inhibidores de la enzima HPPD, los que producen inhibición de la síntesis de microtúbulo, los que actúan en la Inhibición de la síntesis de ácidos grasos de cadena muy larga (VLCFA), dan la posibilidad en soja y maíz de hacer excelentes aportes al manejo de malezas previo a la necesidad de recurrir a los postemergentes.
La premisa para los preemergentes es la misma: tener en claro cuál es la maleza a la que se apunta, mezclar más de uno y ser lo más riguroso posible en la calidad de aplicación, teniendo en cuenta que en muchos casos es necesaria la incorporación mediante precipitaciones, y que algunos tienen un periodo de espera entre la misma y la emergencia del cultivo.
¿Cómo cuidar las tecnologías?
Para garantizar la sostenibilidad de las biotecnologías de tolerancia a herbicidas, es fundamental priorizar la rotación de diferentes sitios de acción de herbicidas o la mezcla de ellos en las estrategias de manejo. La alternancia de estos sitios de acción permite reducir la presión selectiva sobre las malezas y prevenir el desarrollo de resistencias.
En este sentido, es crucial considerar que no todos los grupos de herbicidas tienen el mismo nivel de riesgo de generar resistencias: por ejemplo, los inhibidores de ALS y ACCasa presentan un alto riesgo, mientras que otros, como los hormonales (2,4-D) y los inhibidores de HPPD, se asocian con un riesgo moderado a bajo.
A continuación se detalla el grado de peligrosidad de los herbicidas de generar resistencia. En la parte superior de la pirámide se ubican los grupos de “alta peligrosidad», es decir, aquellos herbicidas capaces de seleccionar biotipos resistentes de malezas en menor cantidad de años. En tanto, los grupos que se ubican en la base de la pirámide incluyen activos de menor presión de selección, y que por ende, seleccionan resistencia tras periodos de tiempo más extensos.
Otro aspecto esencial es realizar un monitoreo constante de las poblaciones de malezas, lo que permite detectar rápidamente la presencia de malezas e identificar cualquier signo temprano de resistencia. La evaluación periódica de la eficacia de los herbicidas es fundamental para ajustar las estrategias de manejo según la evolución de las malezas y el éxito alcanzado en su control. De esta manera, se puede intervenir a tiempo para evitar la proliferación de biotipos resistentes y asegurar la efectividad de las herramientas disponibles.
El uso adecuado de la biotecnología Enlist, basado en la rotación estratégica de herbicidas, permitirá mantener la eficacia de esta herramienta y minimizar riesgos a largo plazo. El compromiso con la correcta implementación de estas prácticas será el factor determinante en la preservación de estas tecnologías innovadoras, contribuyendo a un manejo más equilibrado en la producción agrícola.
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