Lo que pasa en el campo
09/06/23
¿Cómo son las Aplicaciones Dirigidas de herbicidas desde la óptica de sus usuarios?
Quienes utilizan la tecnología nos explican los beneficios logrados, las ventajas sobre las aplicaciones de cobertura total y los cuidados a tener en cuenta.
“Desde el 2015 me inicié con la tecnología de aplicaciones dirigidas -o selectivas- primero con un equipo y, cuando vi el ahorro importante de producto que lograba con él, compré el segundo equipo. Además tengo máquinas en el norte trabajando y la verdad que el beneficio es notable”, dice Adrián Alberti, de Lonquimay, La Pampa, contratista de pulverización y fertilización, asesor de empresas agropecuarias.
“De las dos tecnologías disponibles en el mercado, WeedSeeker y WeedIt, opté por la primera, y más allá de las diferencias operativas que puede haber ellas, la realidad es que los ahorros que les asignan, existen, y para quien le importa la conservación del medio ambiente, es un sistema beneficioso” explica.
De acuerdo a su experiencia, “cuando se usa el sistema selectivo, en lugar de distribuir 100 lts., uno aplica solo 20 o 30 litros, y entonces comienzan a cambiar todos los conceptos que se manejaban hasta ese momento”.
Alberti, en su parque de máquinas, cuenta con 15 pulverizadoras de las cuales 2 están equipadas para hacer aplicaciones selectivas. “El equipo para selectivas se monta y se desmonta en caso de necesitar el cambio de máquina”, aclara.
“Por año con cada equipo de aplicación selectiva se hacen unas 15.000 ha”, consigna y agrega “en base a mi experiencia en Salta, puedo decir que en el norte se trabaja mucho. También desarrollo mi actividad en La Pampa, en Buenos Aires, y en el sur de Córdoba y la realidad me dice que recién ahora comienza a imponerse, considerando que acá en el oeste, la dinámica de las malezas es muy distinta a lo que ocurre en el norte y se trabaja con más herbicidas pre emergentes residuales. Entonces no se aprovechan tantos los beneficios de esta tecnología”.
“De todas maneras, estimo que su difusión será propiciada por el aumento del precio de los agroquímicos a fin de controlar la suba de los costos en las aplicaciones” dice Alberti.
“Ocurre que cuando el producto es barato y la aplicación es más cara, puede que por su idiosincrasia el productor prefiera aplicar en cobertura total. Además, creo que cuando el que paga el producto no está detrás del lote que es manejado por un tercero, resulta más cómodo hacer aplicaciones en cobertura, porque depende menos de la calidad de aplicación. Es decir, cualquier mala aplicación es mejor que una dirigida dudosa”, contextualiza.
Las aplicaciones selectivas tienen que ser de muy buena calidad, “porque se le dispara precisamente al blanco. Es como un disparo de revólver a un punto determinado. La cobertura total es como tirar con una escopeta a la espera de que algún perdigón le pegue al objetivo. Y entonces, como los productos son buenos, ni bien tocan el blanco, hacen efecto. Pero en la aplicación selectiva, se depende mucho más de la calidad de aplicación (tamaño de gota, llegada al objetivo) y de la habilidad del operador”.
Considerando pros y contras, para Alberti, el 100 % de los barbechos deberían hacerse con aplicaciones selectivas, porque “no tiene sentido tirar producto donde no está la maleza”.
“De todas maneras a la gente no le gusta entrar dos veces al mismo lote, y el productor está acostumbrado a ver los lotes limpios sin ninguna maleza, y el objetivo de esta tecnología es matar la maleza, cuando empieza a ser un problema, que es cuando aumenta de tamaño. Cuando es una plántula no consume recursos y por ende no habría porque matarla”, sostiene.
“Cuando comienza a consumir agua y nutrientes es el momento de intervenir. Y por eso estas aplicaciones matan lo que ven, y en verdad no es tan cierto que controlan una maleza de un tamaño de una moneda de 10 centavos, pero si ven una planta de 10 cm, por supuesto dependiendo de la velocidad”.
Otro experimentado en aplicaciones dirigidas es Fabio Knell, quien desarrolla su actividad de contratista en la zona de Tandil desde 2008, explica “a principios del año pasado decidimos la incorporación del sistema selectivo, en función de su incidencia muy importante en lo que hace al impacto ambiental, debido a la cantidad de producto que no se echa de más, lo cual produce además un ahorro importante de costos”.
“El equipo que utilizo, un WeedSeeker 2, es el primero en la zona, y para el lado de la costa hay otras unidades en operación”, dice Knell, y cree que el sistema ganará difusión con el tiempo, “más aún con el valor de los insumos y la falta que hay de algunos de ellos”.
“Lo implementamos en junio del año pasado en repaso de barbecho y en escape de malezas, después de las aplicaciones generales y la novedad es que permite trabajar sobre cultivos implantados, es decir de verde sobre verde”.
“Hemos hecho limpieza de cebada con muy buenos resultados en control de raigrás resistente y algún otro tipo de maleza. Esto en períodos iniciales del cultivo con el sistema de lectura por NDVI (índice verde y diferencia distintos tonos) con un punto de saturación, cuanto más lejos de ese punto de saturación se esté es mejor porque mejor será la identificación de la maleza” detalla Knell.
“Si el valor de NDVI es cercano al punto de saturación, no puede ser exitosa la aplicación de verde sobre verde porque el sistema no diferencia la maleza del cultivo” señala.
“Las aplicaciones selectivas -o dirigidas- requieren de un enfoque agronómico distinto al empleado en el concepto tradicional, que permiten trabajar con productos caros, ya que las cantidades serán mucho menores, y mejor aplicados para el control de las malezas resistentes. Esto implica asumir el costo de una pasada adicional, pero con un consumo de producto mucho más bajo”.
“Hay lotes en los que ahorramos un 60% y otros que ahorramos un 90% y todo depende del manejo agronómico de los lotes. Con la gimnasia y la experiencia se logran resultados cada vez mejores” dice Knell.
“Arrancamos con las aplicaciones dirigidas en los barbechos de la campaña 21-22, e hicimos varias experiencias que nos llevaron a manejar cada vez mejor aspectos clave que inciden en el resultado logrado, como por ejemplo la adaptación a las condiciones de viento, o la velocidad de avance del equipo que debe ser menor a la que se trabaja en cobertura total”, dice la Ingeniera Agrónoma Anastasia Gastaldi, asesora y a la vez productora, que trabaja en el oeste de la provincia de Buenos Aires, más precisamente en la zona de Tranque Lauquen.
“Nosotros seguimos la rotación de girasol, maíz, trigo – soja de segunda y soja, con la superficie distribuida aproximadamente de la siguiente manera: 45% de soja, 15% de trigo, 7 % de girasol y el resto con maíz. En ese contexto, si se comparan las aplicaciones hechas en tratamientos convencionales en barbecho siguiendo una estrategia convencional con las aplicaciones hechas siguiendo las aplicaciones selectivas, el ahorro de productos que hemos logrado en promedio fue del 75%”, dice la Inga. Gastaldi a manera de síntesis.
Además, aclara que el cálculo del ahorro es en base al uso de dos herbicidas importantes como glifosato y 2,4 D usados en la campaña 20 21 con manejo convencional, comparada con la campaña en la que usaron Weedit, con igual superficie y rotación, mismo campo, igual problemática de malezas, se usó 1,8 litros /ha menos de glifosato y 0,7 l/ha menos de 2,4 D. “Se puede comparar porque se dieron las mismas circunstancias en ambos casos”.
“Algo a tener en cuenta es que quien maneja el equipo influye de manera decisiva en el éxito de la aplicación”, dice Anastasia Gastaldi.
Por Juan Raggio
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