La autoridad se puede analizar en 3 niveles: formal, técnica y por personalidad. Nota exclusiva por Federico Lyford-Pike, director de Capital Humano Agro.

En la concepción tradicional para administrar equipos, primero aparecía la autoridad formal dada por la asignación del puesto, luego la autoridad técnica dada por la experiencia específica en el tema y finalmente la autoridad por personalidad, según las habilidades relacionales de la persona.

Ahora eso cambió y podemos decir que es al revés. Primero viene la autoridad e influencia personal, luego la autoridad fluye hacia la capacidad técnica y como consecuencia, al final, llega la autoridad formal, con un reconocimiento dentro de la estructura organizacional.

Entonces la persona que tome una posición de liderazgo, tendrá mayor éxito en la medida en que sea fiel a su personalidad, sus creencias y sus valores. A su vez, al mantener la coherencia entre sus ideas y sus acciones, se afianza su autoridad técnica y la capacidad de tomar responsabilidad por los resultados obtenidos.

Por último, cuanto más se conozca a sí mismo, repercutirá en oportunidades para desplegar con seguridad todos sus recursos y sus talentos, para llevar a todo el equipo hacia el logro de resultados superadores en el marco del bienestar de todo el grupo.

Por Federico Lyford-Pike, director de Capital Humano Agro.

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