Andrea Sarnari, la mujer que rompió con 112 años de liderazgo masculino en la Federación Agraria
Desde la cuna se vinculó con el gremialismo agrario, a los 13 años comenzó a militar en el centro juvenil agrario Simón Bolívar y su pasión y compromiso por el cooperativismo la llevaron a involucrarse cada vez más hasta convertirse, en el pasado mes de septiembre, en la primera mujer en ser elegida presidente de una de las principales entidades gremiales de Argentina.
Andrea Sarnari lleva el campo y el gremialismo agrario en la sangre. De perfil bajo pero con mucha fuerza, compromiso y capacidad de liderazgo, inició su camino en las filas de la Federación Agraria Argentina (FAA) con solo 13 años, sin imaginar que a sus 49 marcaría un hito en la historia de la institución al ser elegida como la primera presidente mujer, luego de 112 años de liderazgo masculino.
Expoagro (E): ¿Cómo te empezaste a vincular con el gremialismo agrario?
Andrea Sarnari (AS): A los 13 años me asocié al centro juvenil agrario Simón Bolívar. Estos centros están formados por hijos de productores o por productores menores de 30 años. Empecé a participar a nivel local y a tener vinculación con la institución. Las actividades del centro son fundamentalmente de capacitación y formación dirigencial. Tienen dos grandes ramas: cooperativismo y gremialismo, pero además, formación técnica y productiva. Era un modo de empezar a vincularte con hijos de otros productores y el sector. Ahí me empecé a dar cuenta que había cosas que me gustaban hacer. Al estar de tan chica se siente el sentido de pertenencia.
E: ¿En tu familia se hablaba de política gremial?
A.S: Mi bisabuelo materno fue uno de los fundadores de la cooperativa agropecuaria y mi abuelo también participó ahí y en la Federación Agraria. Mis dos familias siempre estuvieron vinculadas con el cooperativismo y el gremialismo agropecuario. Mi papá fue director de Federación Agraria, tuvo mucho que ver con mi inclinación gremial porque de chica lo acompañaba a las reuniones, siempre estaba metida en sus actividades. Fue un referente del gremialismo. Pero mi mamá también siempre estuvo vinculada a los grupos de mujeres, a las cooperativas. Ambos me contagiaron esas ganas que se sumaron al sentir ese sentido de pertenencia y compromiso.
Nacida en Bolívar, provincia de Buenos Aires, Andrea se crió en el campo familiar que compró su bisabuelo paterno hace cien años al llegar de Europa y al que hoy gestiona junto a su madre y hermano. Con orgullo destaca que hizo la primaria y secundaria en una escuela rural. Si bien desde que empezó sus estudios de abogacía se instaló en la ciudad de Rosario, reconoce que nunca dejó de estar relacionada con el campo: “Cuando mi papá estaba a cargo, me iba a cosechar cuando era la época o a vacunar. Al fallecer, nos hicimos cargo del campo junto a mi hermano y mi mamá, y me involucré más en la administración. Si bien mi rol en la Federación no me permite estar tan presente en las actividades cotidianas del campo, mi escape divino sigue siendo ir a trabajar al campo cuando es tiempo de cosecha o hay yerra”.
Todos los caminos conducen a la Presidencia
Uno de los motivos por los que Andrea decidió hacer su carrera universitaria en Rosario fue porque allí estaba la sede de la Federación Agraria. Alquiló un departamento a solo tres cuadras, por lo que varias veces a la semana aprovechaba a pasar por allí de visita o para estudiar en su biblioteca. “Nunca perdí el vínculo y el sentido de pertenencia era cada vez más importante”, recuerda.
Al recibirse, la convocaron de la Juventud de Federación para que sea colaboradora como abogada de la Secretaría de Juventud. Luego fue coordinadora de la Fundación Federación Agraria, cuyos objetivos centrales son la formación dirigencial de jóvenes y la elaboración y seguimiento de proyectos productivos. En paralelo se especializó en derecho agrario. Más tarde fue electa síndica a nivel nacional, Directora y Secretaria Gremial. Pero la frutilla del postre llegó este año cuando, en el mes de septiembre, fue elegida presidente de la Federación Agraria.
E: ¿Cómo fue la decisión de postularte para presidente de la asociación?
A.S: Se dio naturalmente. Nunca tuve el objetivo de llegar a la presidencia. Reconozco que tengo un rol de liderazgo que ejercí en cada espacio en los que estuve. Pero siempre me manejé más desde un perfil bajo, como coordinadora de procesos más que desde la política gremial.
Mi interés por querer ser presidente me surge cuando los propios federados me lo empezaron a manifestar. Hace unos años me decían que tenía que estar en el Consejo Directivo, después me apoyaron como Secretaria Gremial y así empezaron a ver la necesidad de renovar la dirigencia con una mujer, resaltando mis caracteres personales y forma de liderazgo. Cuando esto comenzó a hacerse cada vez más fuerte, me empecé a preguntar si estaba preparada. Inconsciente o conscientemente también pesaba el hecho de que sería la primera mujer en liderar la Federación después de 112 años. El apoyo y el compromiso de quienes me rodean me hizo ver que podía liderar este proceso de recambio generacional
E: ¿Que significa quedar en la historia como la primera mujer en presidir la Federación Agraria?
A.S: Es reconfortante. Al margen de la responsabilidad que podría tener cualquier persona, más allá del género, por conducir una entidad tan grande y representativa dentro del gremialismo agropecuario, como mujer se suma esa responsabilidad de poder visibilizar el trabajo que muchas mujeres hacemos en el gremialismo y que no se ve.
E: ¿Por qué creés que se pudo dar este cambio?
A.S: Dentro de las filiales nunca hubo ninguna cláusula, pueden estar compuestas por hombres y mujeres. Pero en las filiales somos muchas menos mujeres. Esto también fue un aliciente porque que te elijan sin la necesidad de que tenga que haber una mujer es un respaldo muy importante. No sentís que solo por ser mujer te dan este lugar.
También tiene que ver el momento. Las productoras agropecuarias hemos tomado las riendas de las instituciones. No es casual que el día anterior a ser electa presidente, en la Sociedad Rural se eligió a una vicepresidente mujer, otro hecho histórico. Coincidimos en que estamos en el lugar que estamos porque nuestros pares han reconocido nuestra trayectoria, compromiso, trabajo. Ninguna entramos por cupo.
E: ¿Cómo está el campo hoy?
A.S: El campo es muy diverso, pero en términos generales no está pasando un buen momento. Atraviesa un momento crítico, tenemos condiciones que no son favorables para la producción. Algunas tienen que ver con políticas públicas que se vienen arrastrando desde hace muchos años y que después de casi un año del nuevo gobierno no se han modificado, como la gran presión tributaria que es bastante asfixiante, tenemos precios internacionales que han caído y un mercado interno deprimido por falta de consumo y poder adquisitivo. Además los insumos como el gasoil, los fertilizantes o semillas tienen costos elevadísimos. Sumado a que los arrendamientos han alcanzado precios extraordinarios. Nuestra producción se realiza en un 70% en campos alquilados.
Todo hace a un conjunto de cosas que provocan rentabilidades ajustadas o negativas. A eso se suma una cuestión climática que viene azotando desde hace cuatro años en todo el país con sequias muy importantes que han hecho perder campañas enteras y que este año están afectando a algunos cultivos.
El panorama no es el mejor pero sí hay una expectativa de parte del sector de que se pueda revertir esta situación y que la presión fiscal empiece a tener alguna significancia.
E: ¿Tienen diálogo con el gobierno nacional?
A.S: Si bien hay buen diálogo y recepción de nuestras problemáticas con los organismos del estado nacional, la Secretaría de Agricultura o Economía, vemos con cierta dificultad la toma de decisiones. Como Federación Agraria tenemos el objetivo de trabajar en dos líneas: aliviar las presiones fiscales y burocráticas, y ser propositivos en políticas de fomento y desarrollo puntualizadas en economías regionales y en la ganadería, como la posibilidad de acceder a créditos blandos.
Trascender más allá del mandato
La Federación Agraria está formada por unas 300 asociaciones y cooperativas, que representan aproximadamente a unos 50 mil pequeños y medianos productores.
E: ¿Cuál será el foco principal de tu gestión?
A.S: Reforzar nuestra formación dirigencial de jóvenes y buscar ideas nuevas. Los jóvenes son innovadores en lo productivo y en lo institucional. Hay un nuevo sujeto agrario que son los jóvenes.
El otro eje tiene que ver con las alianzas estratégicas que podamos hacer los productores para mejorar las condiciones de vida de la familia agraria. En esto cumple un rol central el cooperativismo, no solo con el productor sino con la comunidad donde están instaladas, generando trabajo, mejorando las condiciones productivas, acercando tecnología. La necesidad actual está en mejorar la comercialización de los productos agropecuarios y en darles agregado de valor a esos productos que se generan en el campo.
Además, teniendo en cuenta que esta es la primera vez que llega a la presidencia una persona formada en las filas de la Federación, uno de los objetivos que tengo es recomponer esa escuela de formación dirigencial.
E: Si bien pueden ser reelegidos durante nueve años consecutivos, por estatuto el mandato presidencial en la Federación Agraria debe renovarse cada un año ¿Cuál es tu expectativa en este corto tiempo?
A.S: A nivel nacional cada gobierno que tenemos deshace lo que hizo el anterior y piensa solo en su gestión. Como país nos falta mucha adultez para establecer políticas públicas que trasciendan los gobiernos. Por eso, para la Federación Agraria me propongo trazar líneas de trabajo que trasciendan a las personas y a los cargos, que puedan ser herramientas institucionales que queden más allá de las personas.
Por Paola Papaleo
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