Azul tiene el dulce encanto del oro líquido

Azul tiene el dulce encanto del oro líquido

La localidad bonaerense lleva adelante el evento más grande de Latinoamérica.

En la localidad de Azul, a 300 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires, en el mes de junio, la atmósfera se va cargando de un zumbido entusiasta de las abejas trabajadoras que revolotean entre los aromas de mieles multiflorales, doradas como el sol y oscuras como el ébano, que flotan en el aire.

En un derroche de colores y aromas embriagadores, la dulce euforia llega para llevar adelante una nueva edición de la Expomiel y la Fiesta Nacional de la Miel. En un enjambre de emoción y sabores, el evento de renombre internacional reúne a apicultores, expertos en salud y amantes de la gastronomía en torno al elixir dorado de la naturaleza: la miel. 

La Expomiel nació de la mano del Centro de Apicultores de Azul en el año 1987 y tuvo el acompañamiento del municipio local, del INTA y Sociedad Rural de Azul que puso las instalaciones. En el mes de febrero de 1996 la Secretaría de Turismo de la Nación, la consagró fiesta nacional a través de la  Resolución 40/1996.

El presidente del Centro de Apicultores de Azul, Fernando Lapi, cuenta que «en la primera Expomiel hubo 6 empresas, y en la que realizamos este año fueron 90 stand ocupados por 60 empresas apícolas y los Institucionales que corresponden a nuestro sector. Con el correr del tiempo, el evento se transformó en una exposición del sector apícola, siendo la exposición más importante del país en lo que respecta a la industria del sector, y convirtiéndose en la vidriera apícola de la Argentina al mundo».

Y agrega: «Además, la Sociedad Argentina de Apicultores (SADA) llevó a cabo el Congreso Argentino de Apicultura. La provincia de Buenos Aires y nuestra zona tiene una gran importancia, ya que somos muchos los apicultores que tenemos colmenas en la Cuenca del Salado y en el Sudoeste».

Lapi resalta la importancia de la Expomiel: «Significa mucho, ya que es un lugar de encuentro anual y las charlas en los pasillos son muy amenas y se han convertido en un clásico dentro de la feria. Además, al estar todos los proveedores en un mismo lugar, nos permite analizar cómo está la situación y realizar, empezar o  terminar las compras o ventas».

«Este año la 34º Expomiel y la 25º Fiesta Nacional de la Miel fue muy buena pese a la situación económica y climátca que está atravesando el sector. Vino mucha gente de nuestro país y países limítrofes. La venta de insumos fue superior a lo que esperaban las empresas, lo que demuestra que el apicultor sigue apostando y esperando que mejoren las variantes económicas», cerró.

La Expomiel es un festín visual y educativo, donde las generaciones jóvenes y mayores se unen para aprender y celebrar la maravilla natural de la miel. Con su mezcla única de tradición y vanguardia, el evento ofrece una oportunidad para conectar con la naturaleza y comprender el intrincado mundo de las abejas y su laboriosa contribución a nuestro ecosistema.

En resumen, es mucho más que un evento culinario; es una celebración de la unión entre el hombre y la naturaleza, encapsulada en un tarro de miel dorada. 

Por Sergio Romano

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