A los 30 años tenía muy claro el organigrama de la “pirámide invertida”, donde el superior estaba debajo de los colaboradores, quienes generan el valor o la riqueza de la empresa,  y están al servicio de ellos y procurando su desarrollo. Por Federico Lyford-Pike, Director Capital Humano Agro

Sí, debo decir, me hubiera encantado conocer más a fondo y aplicar la Inteligencia Emocional.

Mirando hacia atrás, y aplicando la inteligencia lógica a las necesidades emocionales, que están siempre ahí aunque a veces las neguemos, creo que hubiera disfrutado más el camino y dedicado más tiempo a mi familia, hubiera sido más atento y compañero con mi esposa (que me acompañó y apoyó en los 20 años que vivimos en el campo), y haber disfrutado más cada momento con mis hijos, y no dedicarle el 120% de mi tiempo al trabajo.

Es decir, hubiera apuntado a un mejor balance entre vida laboral y vida personal. Pero claro, este tema, no existía a principios de los ’80. No estaba en la agenda de los baby boomers. Como mandato familiar, el trabajo y el ascenso profesional eran el objetivo más poderoso, para que luego “derramara” hacia la familia.

Todas las experiencias que vivimos son oportunidades de evolución y hace bien tomar consciencia de los aprendizajes que vamos incorporando a nuestra vida.

Por Federico Lyford-Pike Director Capital Humano Agro

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