José Bianco: «El Huracán Irma en Miami me cambió la carrera»
Hoy, en el Día del Meteorólogo, te contamos la historia de José Bianco, uno de los expertos que más saben y uno de los más reconocidos de nuestro país.
Recorrió la Argentina entera y parte del mundo para su exitoso programa “Fenómenos, una aventura en el tiempo” (emitido por TN), le acercó a la gente los eventos naturales más importantes de los últimos tiempos y planea seguir haciéndolo con un vehículo sustentable que está preparando para las próximas aventuras.
Expoagro (E): Sos oriundo de Bahía Blanca, estudiaste en Capital Federal ¿De dónde surge tu amor por la meteorología?
José Bianco (JB): Steve Jobs creo que fue el que dijo que se entiende mejor la historia mirándola de ahora hacia atrás. Porque intentar en ese momento encontrar una pasión por la meteorología, me hace ruido. Era lo que más me gustaba, pero era lo único que me gustaba. Entonces fui eligiendo día a día hacia dónde ir, alguna vez me dediqué a jugar al fútbol, me gustó mucho y dejé; y después me gustaba más la física y la matemática que la literatura, entonces elegí la rama de Naturales en la secundaria, y después cuando hubo que elegir carreras, miré más que nada las naturales y ahí vi el manual del estudiante y dije “ésta me gusta, esta tiene materias que me gustan”, y era Ciencias de la Atmósfera en la UBA, y por eso dejé mi ciudad y me fui a estudiar a Buenos Aires a los 17 años.
E: Sos reconocido por tu trayectoria en TV y por haber cubierto fenómenos naturales muy importantes ¿Podés recordarnos alguno?
JB: Yo te voy a decir los más taquilleros y no los que más me impactaron. Pero sin duda, el que me cambió la carrera fue el Huracán Irma en Miami, que fue un fin de semana que llovía en buena parte de la Argentina, era un finde largo, y la gente se quedó viéndolo como si fuese una serie, maratoneó esa cobertura en Miami, porque todos tienen algún conocido o han ido o saben que hay muchos argentinos que están ligados a Miami, entonces había un sentido de pertenencia. El Huracán llegó debilitado, pero llegó, generó daños pero no tanto, lo que nos permitió trabajar. Entonces se combinó todo, junto con la lluvia de acá, que era un día para mirar tele e hizo que tuviéramos muy buen rating. Eso me ayudó profesionalmente. Y después los eclipses también fueron momentos de mucha audiencia, pero yo me quedo con las auroras boreales que fuimos a ver a Islandia, o una cueva en Sudáfrica, que dicen que es la cueva más antigua del mundo, donde se veían las primeras formas de vida ahí que se volvieron fósiles, y que están a simple vista. Nos metimos en un lugar poco conocido, no turístico, de ahí salimos locos con el equipo entero y fue una de las cosas más lindas que vivimos.
E: ¿Te compraste un colectivo para cubrir eventos?
JB: No bueno, “eventos” no, ya estás pensando muy comercialmente (se ríe). Soy hijo de comerciante así que también lo pensé como vos. Pero a mi novia le digo que no es con la idea de trabajar, sino con la idea de viajar, de compartir un momento juntos (se ríe). Entonces tiene un doble sentido, en principio quiero viajar con amigos, con familia, con mi novia; pero bueno, cuando tenga que trabajar lo voy a tener ahí. En lugar de ir a un hotel y tener que hacer dos horas hasta el incendio, toda la mañana viajando, prefiero ir con el colectivo y quedarme al lado del incendio con la cámara en vivo y dando más tiempo de cobertura al aire. Así que en algún momento lo haremos. Es un colectivo del noventa y pico, viejito pero ya lo estamos por terminar y tiene mucho cariño. Hay empresas que nos ayudan, porque vamos con la idea de lo sustentable, energía solar, materiales que consuman responsablemente la energía y hábitos que vamos a tratar de contagiar.
E: ¿A dónde te gustaría viajar o qué queda pendiente?
JB: Hawaii no conozco y me gustaría ir. O las Islas Galápagos, siempre islas volcánicas. Las Islas Malvinas, pero nada que me asocie a los profesional, sino a lo emocional. Son lugares que no fui. El sur de Chile no conozco e imagino que es muy lindo. De la Argentina hemos ido a casi todos los lugares, pero bueno, nos faltan las Islas Malvinas.
E: ¿Cuáles son tus referentes?
JB: Matías (Bertolotti), mi colega. Es el más groso con el que he trabajado, la mitad de lo que aprendí se lo debo a él. Y después profesores, que tenemos la suerte de poder consultarles para el programa (“Fenómenos, una aventura en el tiempo”) y con esa excusa, sigo actualizándome, porque son los que más saben. Profesores de la facu y Matías son los referentes. Y Reed Timmer, que es un “cazador de tornados” de EE.UU., que va con su perrito, vivió más tornados que yo ese perrito. Que es un groso, pudimos conocerlo una vez que fui a cazar tornados a EE.UU. nos cruzamos en ruta y después de las tormentas; él vio el tornado y yo no. Pero bueno, por eso él es el número uno.
E: ¿Qué hay de cierto que en los próximos años podrían salir al mercado computadoras cuánticas con fotones, que son ultra rápidas y que podrían anticipar el clima a más de un año, superando el ciclo biológico de los cultivos? Esto cambiaría, entre otras cuestiones, el paradigma y matriz económica del agro, ya que, por ejemplo, los productores podrían tener mayor proyección para invertir.
JB: Sí, ese tipo de tecnología, como toda mejora tecnológica, mejora todo lo que se ve afectado. La meteorología avanzó conforme avanzó la ciencia, por un lado; pero los pasos más grandes los dio cuando mejoraron las computadoras. Entonces, cualquier cambio sustancial en la computación, va a implicar cálculos mejores, más precisos, y acercarse más a las soluciones reales que a las que vienen con error. Porque cuando vos simulás la atmósfera, tenés que tratar de bajar el error de la simulación lo máximo que puedas. Si la computadora es chica, ese error no lo podés dominar mucho. Te tenés que ir a uno o dos días, porque después empiezan a tomar mucha magnitud esos errores y lo que viene ya no es confiable. Si vos mejoras los cálculos computacionales, vas a mejorar el pronóstico. Una cosa implica la otra.
E: Entonces solo faltan un par de años…
JB: Sí, y también van a aparecer desafíos nuevos. Cuando mejoren estas computadoras, todos van a querer mirar más allá. Así que, hay trabajo para rato.
Por Antonela Schiantarelli
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