La agricultura por ambientes gana adeptos entre los jóvenes

La agricultura por ambientes gana adeptos entre los jóvenes

Una práctica que crece y contribuye a una mayor eficiencia en el uso de insumos, con menor impacto ambiental. El Ing. Agr. Gustavo Martín compartió una capacitación con colegas y estudiantes.

“La agricultura por ambientes es un camino que empieza por conocer el grado de variabilidad espacial y la estabilidad temporal de los patrones espaciales para adecuar las prácticas de manejo: elección de cultivos según oferta ambiental, correcta elección de variedades o híbridos, marcos de plantación, adecuación de labores de siembra, estrategias de fertilización (fuente, momentos, dosis y otros), eficiencia de uso del agua, aplicación de fitosanitarios, estrategias de manejo de malezas y plagas, empleo de cultivos de cobertura o cultivos de servicio”, según el trabajo ‘Agricultura por ambientes. El camino hacia una agricultura inteligente y eficiente’, elaborado por la ingeniera agrónoma Gabriela Valdez, INTA Salta.

Recientemente, en el Colegio de Ingenieros Agrónomos de la provincia de Santa Fe, IV Circunscripción (CIASFE 4), se dictó una primera capacitación sobre el particular, dirigido a profesionales y estudiantes de último año de Agronomía.

“Es una práctica que viene en crecimiento porque contribuye a una mayor eficiencia en el uso de los insumos, e implica una agricultura más sustentable por el menor impacto ambiental”, dijo el ingeniero agrónomo Gustavo Martín (M 82-4-0578) que tuvo a su cargo la capacitación. Ampliando el concepto de su colega salteña, agregó: “No vemos el lote definido por los alambrados, sino por los ambientes y las diferencias que hay dentro del lote, y en función de eso aplicamos la agronomía”. 

-A pesar de su relación con la agricultura de precisión ¿se puede decir que es de amplio espectro?

Si, porque si bien es algo que podemos calificar como reciente, también es aplicable a muchos sub-rubros, asociado con todos los aspectos de producción agrícola con el propósito de mejorar el rendimiento de los cultivos y la calidad ambiental. 

En los talleres de capacitación, con el intercambio de experiencias, nunca se termina de aprender. Porque al haber tantas alternativas y formas distintas de aplicarlo, es apasionante. Siempre hay cosas nuevas.

– ¿Lo que más se valora es el dato?

Totalmente. Hace mucho foco en los datos, en la tecnología y en la información que tenemos a disposición, combinado con la parte agronómica, que es la que más nos gusta.

La colega Gabriela Valdez habla de variabilidad espacial y temporal, por eso insistimos en dejar de ver el lote como algo separado por los alambrados para empezar a valorarlo y abordarlo según los diferentes ambientes que puede haber y hay dentro de cada lote, aplicando las diferentes herramientas a disposición.

Obviamente que todo se basa en cómo trabajamos los campos en las diversas formas de hacer agricultura y siempre buscando sustentabilidad ambiental, apuntando a un buen rinde de cultivo y un rédito económico.

– ¿Cómo puede afectar lo que hace o hizo el del campo vecino?

Hay ejemplos interesantes de agricultores que iban a sembrar en un lote que siempre tuvieron como potrero y cuando analizan el suelo se encuentran con sorpresas”. 

Nosotros sugerimos hacer ambientaciones, análisis de suelo, diferenciales en las lomas y en los bajos, y es notable cómo surgen diferentes contenidos de fósforo, o de nitrógeno, que después al momento de definir un rendimiento potencial a alcanzar en cada ambiente, determinan también qué tanto recurso le asignamos, porque al ser ambientes distintos y rendimientos también diferentes, al venir tratando todo como un solo lote resulta que en los lugares que se fertiliza igual pero rinde menos, queda una reserva más grande. Se da así más que nada con el fósforo.

-Cada cual con lo suyo.

Debemos ir buscando aplicar lo necesario para un determinado ambiente, a un cultivo puntual y en un año particular. Porque lo que determina la producción es la lluvia. Entonces la agricultura en secano y la disponibilidad de lluvia nos llevará a fijar un rendimiento al que después le asignaremos los recursos; sea densidad de semilla, fósforo o nitrógeno, más todo lo que acompañe.

En la medida que en los lotes hay mayor heterogeneidad, en productividad, es donde la agricultura por ambiente muestra sus mejores resultados. No es una tecnología aplicable a todos los lotes, porque algunos son parejos, otros son chicos, pero cuando tenemos diferencia de productividad entre ambientes (que son la mayoría de los lotes) y contamos con el equipo para hacerlo es importante empezar a adoptarlo porque las ventajas son significativas.

– ¿Es fácil convencer al productor para que adopte nuevas tecnologías? 

Como todo cambio, al principio genera cierto rechazo. Quizás los jóvenes son los más permeables o accesibles para adoptarlas. En cada establecimiento el cuello de botella es distinto, siempre hay cosas nuevas, todo se comenta y ese ‘boca a boca’ de qué funcionó y qué no es el que genera aprendizaje y convencimiento.

Lo que más tiempo lleva es la difusión, por eso planteamos la realización de los talleres de capacitación que nos permiten compartir e interactuar, comentar experiencias. De todos modos, está bastante más simplificado que hace unos cuantos años, cuando era un proceso y un protocolo larguísimo.

Hoy con todas las plataformas y herramientas que se cuenta, ha cambiado. La tecnología nos ayuda mucho, hay máquinas con tecnología incorporada, como cosechadoras con mapas de rendimiento, sembradoras con la posibilidad de ser variables; tractores que también están muy bien equipados, y eso simplifica toda la labor, desde la ambientación hasta la prescripción del lote o la misma ejecución con variable.

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