Los kiwis buscan su lugar en el corazón de la pampa húmeda
“Ser Finca” es un emprendimiento familiar que produce alrededor de 4 mil kilos de kiwis por hectárea. Su potencial es de 10 mil kilos. El predio, de poco más de dos hectáreas, está ubicado en el sur de la provincia de Santa Fe.
El kiwi es una baya con forma de elipse y cubierta de una piel repleta de vellosidades, según la descripción del diccionario. Su sabor es dulce, con un ligero toque cítrico, y el aroma recuerda a una mezcla de mango, melocotón y melón.
Todo este detalle hace difícil pensar que este exótico fruto se esté produciendo en plena pampa húmeda, en el medio de extensiones interminables de maíz, trigo y soja.
En el distrito de San Eduardo, a pocos kilómetros de la ciudad de Venado Tuerto, en el sur santafesino, se desarrolla desde 2019 el emprendimiento “Ser Finca”, donde en poco más de dos hectáreas se cultiva este manjar cuyo precio en Argentina ronda entre los 8 mil y los 10 mil pesos por kilo.
El proyecto original fue impulsado hace más de 15 años por una pareja armenia que llegó al país con la idea de instalar una kiwitera, idea que trajeron desde el Viejo Continente, y se asentaron cerca de San Eduardo. Por cuestiones empresariales y familiares decidieron vender y mudarse a la ciudad de Pergamino y desde 2019 nuevos dueños instalaron “Ser Finca”.
Fruta amante del frío
“Esta no es una zona ideal para el kiwi, por eso no se ven muchos cultivos de este tipo. Este fruto requiere de 700 horas de frío, con temperaturas por debajo de los 10 grados, que en nuestra zona hay años que se logran y otros que no y de eso depende el rendimiento”, describió la ingeniera Daiana Ianni, a cargo de la producción en “Ser Finca”.
En este marco, puntualizó que en esta zona del país el rendimiento potencial es de 10 mil kilos por hectárea, y actualmente en la finca están con una producción de 4 mil kilos.
“Estamos trabajando para llegar al rendimiento potencial, porque por ejemplo en la costa argentina, donde está el clima y suelo ideales para este cultivo, están logrando unos 30 mil kilos. En esta zona nuestro potencial de rinde es de 10 mil kilos”, graficó la profesional.
En el predio de poco más de 2 hectáreas hay sembradas alrededor de 3500 plantas, que “están conducidas en un sistema en T o espalderas, a través de alambres, y se coloca una planta masculina cada cuatro femeninas, para que aporte el polen que debe llegar a las flores hembras que serán fecundadas y darán el fruto”, explicó Ianni.
La polinización se puede hacer de manera manual, pero en el emprendimiento de San Eduardo se realiza a través de abejas, para lo cual en los meses de octubre-noviembre, se instalan cerca de 40 colmenas en la plantación.
“La plantación requiere de riego, pero el kiwi no admite sales y como las napas de esta zona son bastante saladas se instaló un sistema de ósmosis, para regar con esa agua libre de sales. El riego es por goteo a ambos lados de la hilera de plantas, y a través de este sistema también se realiza la fertilización”, apuntó la ingeniera.
Comercialización regional
El sistema de comercialización se centra en las verdulerías de Venado Tuerto, y por tratarse de un producto agroecológico, también venden en el Mercado Agroecológico y Orgánico de Rosario y de Córdoba.
“Ahora también estamos haciendo visitas guiadas para que la gente venga a conocer la kiwitera, y eso también nos sirve como un canal de comercialización minorista y directo”, agregó Ianni.
Para aislar las plantaciones de los campos lindantes y evitar o reducir la contaminación con agroquímicos y el efecto de los vientos, todo el predio está rodeado por una barrera forestal de casuarinas.
“Alguna vez hemos tenido derivas de agroquímicos y perdimos algunas plantas, pero los vecinos son bastante conscientes y cuidan mucho el tema de las aplicaciones y la orientación del viento. Además, la kiwitera está separada de los lotes por caminos y el casco del campo, entonces no tenemos muchos lotes linderos en los que se utilicen agroquímicos”, destacó la profesional.
Método de cosecha
El sistema de cosecha es manual, recorriendo los pasillos y eligiendo los frutos por su tamaño, y por tratarse de un emprendimiento familiar, gran parte de la mano de obra surge del mismo núcleo empresario.
“La cosecha comienza a mediados de marzo y concluye a mitad de mayo, antes de las heladas tenemos que sacar todo. Para lo que si se contrata gente especializada es para la poda, que vienen personas de San Pedro en el invierno, porque se requiere de un conocimiento muy específico que acá en la zona no lo conseguimos. Lo que es mantenimiento y poda de verano lo hacemos con otra persona del emprendimiento”, graficó la responsable de la producción en “Ser Finca”.
Las plantas de kiwi empiezan a producir a partir de los cinco años, con lo cual las de San Eduardo, con 15 años de vida, están cerca del pico máximo de producción, ya que la vida útil del cultivo es de 40 años, aproximadamente.
Por Pablo Salinas
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