Mujeres rurales, un empoderamiento que avanza por toda América Latina
Desde la Red de Educación a Distancia y Ruralidad (REDYR) más de 4 mil personas se capacitaron en distintas temáticas que afianzan el desarrollo rural y el arraigo territorial.
Con una visión innovadora, hace poco más de diez años nacía la Red de Educación a Distancia y Ruralidad (REDYR), con el objetivo de generar un espacio de “aprendizaje, conocimiento e intercambio, que apunte al desarrollo local y al bienestar de los territorios rurales respetando su cultura local”, explica Norma Carosio, fundadora y coordinadora General de esta red regional.
Carosio recuerda que la propuesta surgió en el año 2012 en México, durante uno de los trece seminarios anuales de educación a distancia, tecnología y ruralidad que organizó como vicepresidenta para Cono Sur (Uruguay, argentina y chile), y luego como representante legal de la oficina del CREAD en Argentina, en el marco del evento Virtual Educa. “Con la idea de generar más de un encuentro por año, propuse realizar charlas y capacitaciones para tratar diversos temas como educación, tecnología, conectividad rural, género, comunidad y comunicación”. Así, aplicó su experiencia de 22 años de trabajo en el INTA donde creó el programa de educación a distancia PROCADIS, y junto a un equipo de profesionales de distintas áreas y el apoyo de empresas, universidades e instituciones de la región, comenzó a hacer realidad su proyecto.
Surge así la propuesta de trabajar bajo la temática de género vinculada a la mujer rural como eje transversal de la Red y nace el Programa “La Mujer Rural Hoy” con el que ya llevan una década cumpliendo con el propósito de contribuir al empoderamiento y fortalecimiento de la mujer rural latinoamericana desde la educación a distancia y las tecnologías de la información y comunicación.
Esta iniciativa que hoy reúne a más de 800 mujeres, es coordinada por la oficina de CREAD Argentina (Consorcio Red de Educación a Distancia) y cuenta con cinco nodos distribuidos en Colombia, Guatemala, Puerto Rico, Uruguay y México.
Empoderar a través de la capacitación
Con la cercanía que permite la virtualidad, desde REDYR ya reunieron a más de 4 mil mujeres rurales de toda Latinoamérica que participaron de seminarios, conferencias, conversatorios y los encuentros anuales “La mujer Rural Hoy”.
Su coordinadora afirma que con cada actividad buscan afianzar “el empoderamiento de las mujeres y que puedan ver que si una lo hizo, otra puede hacerlo, sin importar la actividad o el grado de profesionalismo que cada una tenga” y agrega que al hablar de mujer rural se hace referencia a todas aquellas que estén vinculadas con la ruralidad, “ya sean profesionales, campesinas, indígenas, pequeñas o grandes productoras”.
Enfocadas en la búsqueda de un denominador común entre estas mujeres, trabajan desde la solidaridad y el acompañamiento para ofrecer herramientas que aporten a la valoración de su trabajo, su rol en el sistema agroalimentario, el cuidado de la seguridad alimentaria, la salud y el medio ambiente. “Una vez que se acordó la temática, buscamos un profesional que aporte el marco conceptual, pero además siempre tienen que haber mujeres que cuenten su experiencia en relación al tema”, dice Norma. En cada encuentro “la idea es que las mujeres puedan conocerse, dialogar entre sí, descubrir otras realidades. Nos propusimos que sea un espacio de mujeres para las mujeres”, asegura.
Todas las actividades que se realizan en REDYR son desde el voluntariado, por lo que se encuentran en la búsqueda de recursos económicos como el apoyo de empresas sponsors que les permitan sumar a una persona en el área de comunicación para coordinar las inscripciones y difusión de los cursos. “Para este año queremos trabajar el tema de ecología y medio ambiente a través de los jóvenes, con propuestas que tengan impacto en la comunidad, y de cuidados de la salud y nutrición”, expresa la referente de Argentina.
La mujer rural hoy
De acuerdo a datos compartidos por la Red, las mujeres rurales constituyen un tercio de la población global, son responsables del 43% de la producción de alimentos del mundo y el 27% lo hace trabajando en forma directa. Además, solo el 4% percibe un ingreso propio, y se rigen por leyes y prácticas que las discriminan solo por su condición de mujer.
En este sentido, Carosio detalla que “Argentina y Uruguay tienen una ruralidad muy semejante con pequeñas y medianas productores, pero al alejarnos hacia Centro y Norte América se ve más el campesinado y la población indígena y de raza negra”. Asimismo, destaca que existen elementos en común como “las dificultades que han tenido para ser valoradas en su trabajo”.
Sin embargo, en los últimos años la profesional observa que “algo que las caracteriza también es que se unen y tienden a agruparse en redes” y resalta que “están cada vez más profesionalizadas y han comenzado a salir de la producción hacia el agregado de valor”.
Sin dudas, dice, “en la mujer en general, y especialmente en la rural, hay un empoderamiento cada vez mayor. Es más consciente de quién es, de lo que puede hacer, se está fortaleciendo, se está capacitando mucho más. La mujer se está plantando mucho más fuerte, con más certezas y seguridad frente a esta realidad”. De esta forma, visibilizando las habilidades personales a través de las oportunidades que brinda la capacitación a distancia, esta red educativa pone en primer plano los valores de la ruralidad con las mujeres como protagonistas.
Por Paola Papaleo
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