La localidad bonaerense le rinde culto todos los años a su populosa creación.

A 270 kilómetros al oeste de CABA, un pueblo bonaerense le rinde culto a la torta negra. Le hace una fiesta. La conmemora. Cada año la amasa con nuevos ingredientes que le permite a Tapalqué abrirse camino a un turismo de alcance regional. Según el último censo, la localidad tiene 10.800 habitantes, que se multiplican alrededor de la cara sucia.

La torta negra está ligada a Tapalqué desde los inicios del pueblo. Los viejos panaderos aprovechaban la masa de pan, le agregaban azúcar negra (la más económica) y hacían la torta negra tamaño pizza para compartir. Con el tiempo, los distritos vecinos en su rivalidad futbolera empezaron a llamar a los habitantes de Tapalqué, “los torteros”. Un artista plástico presentó su tesis de graduación proponiendo a la comunidad apropiarse de este símbolo identitario y hacer una fiesta que los represente. 

La directora de Cultura del municipio, Hebe Bianchi, cuenta: «En 2012 fue la primera edición y tuvo tanto éxito que siguió creciendo instalándose en la agenda cultural de la región y la provincia. Se puede decir que el pueblo pudo reivindicar este elemento transformándolo en un elemento simbólico y patrimonio cultural de Tapalqué. En nuestra ciudad es característico encontrar las tortas negras en las rondas de mate y es muy común que todos sepan hacerlas. La fiesta tiene canciones propias. El desafío es declarar a Tapalqué Capital Nacional de la torta negra».

La fiesta se realiza todos los años cada primer fin de semana de enero y se ha constituido en una de las más importantes de la región, quedando definitivamente en la agenda regional y provincial de fiestas populares. 

«La importancia reside en el gran flujo turístico que genera la fiesta. En las últimas ediciones ha representado un cien por ciento de ocupación de alojamiento, un aumento exponencial en ventas en comercios locales, aumento de la actividad gastronómica. El show central contó con aproximadamente  10.000 personas que ocupó y disfrutó de los espacios del balneario», describe la directora de Cultura.

La Costanera sobre el arroyo se extiende por cinco kilómetros en total, desde el Club de Pesca hasta el Salto de piedras Don Regino.  El arroyo es a veces mencionado como Tapalquén e incluso Tapalguen, tal como lo denominó Charles Darwin en 1833, cuando cruzó los predios por donde se fundaría la población 30 años más tarde. El naturalista inglés recorrió la zona y las colinas cuando viajó de Buenos Aires a Bahía Blanca.

Por esas cosas de la historia, el naturalista se perdió las tortas negras, pasó un tiempo antes, pero la numerología tiene sus causalidades. Este año fue la fiesta N°11 y en esta edición, la torta negra midió 11 metros de largo por 2 de ancho. 

Una fiesta que no tiene desperdicio. Que endulza. Si visitás Tapalqué, llevá el mate, que la torta negra te espera en su casa.

Por Sergio Romano

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