Un argentino en Estados Unidos

Un argentino en Estados Unidos

Un experto en maquinaria agrícola que trabajó en servicio técnico en el sur del estado de Florida nos cuenta su experiencia, la forma de trabajo, los clientes y su rutina de campo.

Debido a su fuerte atracción por los fierros, desarrolló una sólida formación en el tema con una Tecnicatura en Motores y su carrera de Licenciado en Mecanización Agrícola en la Universidad Argentina de la Empresa. Su nombre es Octavio Bertoli Seeber, quien ha desarrollado, antes de su viaje a Estados Unidos, una trayectoria profesional de 28 años trabajando en diferentes posiciones en empresas multinacionales de primer nivel de maquinaria agrícola.

En esta entrevista sintetiza una experiencia de trabajo vivida en el estado de Florida, Estados Unidos, más precisamente en la zona próxima a la ciudad de Miami.

¿Cómo nació la inquietud y luego la oportunidad de desarrollar esta experiencia?

Siempre tuve la inquietud o curiosidad de hacer alguna experiencia en los Estados Unidos y cuando fui a recorrer el Farm Progress Show, la feria similar a nuestra Expagro, aproveché para visitar concesionarios de las primeras marcas del mercado americano. Siempre tratando de generar contactos para hacer algún tipo de training como el que llegué a hacer. 

Cuando se me presentó la posibilidad, a través de un jefe que tuve en la Argentina, evalué los pros y los contras, y armé el proyecto de estar unos meses en aquel país haciendo un entrenamiento full time. Y resultó de todo ello una experiencia muy provechosa, y sospecho que en algún momento puede repetirse. 

¿Cómo era el trabajo en la Florida?

Mi trabajo formaba parte de una mejora de producto dictado desde la terminal y se refería a tractores y vehículos utilitarios (tipo gator), arrancaba a las 7:30 AM cuando pasaba a buscar por la concesionaria los partes de trabajo y las piezas o partes que debía cambiar en los servicios a realizar. Luego me dirigía al lugar de destino con un vehículo especialmente preparado para brindar servicio a campo, apoyándome en la guía del GPS para mayor exactitud y menor pérdida de tiempo. Armaba un plan previo con los lugares georreferenciados en cada orden de trabajo. 

Siempre se le avisaba al cliente con un día de anticipación que lo estaría visitando, para que ubicara el equipo en un lugar adecuado para hacer el trabajo y en condiciones como para llevar adelante el proceso. 

Cuando describe sus jornadas, Octavio detalla que muchas veces trabajó al aire libre, al rayo del sol protegido de manera adecuada. Su tiempo de trabajo era hasta las 4 de la tarde, a veces con un corte para almorzar y otras hacía horario de corrido. Aunque en realidad, el reloj solo era para comenzar, ya que antes de retirarse del establecimiento del cliente debía dejar el trabajo terminado.   

Otro aspecto interesante es que los trayectos no eran muy prolongados, ya que las autopistas son muy buenas y se recorren sin ningún tipo de demora, aunque a veces, en horas pico, moverse dentro de la península desde el sur hacia el norte o viceversa, puede complicar un poco el tránsito, pero de todas formas es fluido, nos cuenta Octavio.

¿Cómo eran los clientes? 

El área de trabajo era en Plam Beach, Miami y Davis, pero las salidas a campo abarcaban desde el centro sur de Florida hasta prácticamente llegar a los cayos. Los clientes eran grandes viveros de plantas ornamentales, empresas de mantenimiento de jardines, grandes parques, plantaciones de palmeras, y también clientes dedicados a las hortalizas, clientes particulares, municipios.   

El usuario americano, a diferencia de los nuestros locales, no suelen poner las manos en los equipos, y ante cualquier problema llaman al concesionario y éste puede enviar un técnico al campo, o bien directamente el carretón para llevar el equipo a la concesionaria para su reparación. Ello depende de la cantidad de vehículos que tenga la concesionaria para hacer servicios a campo

Para detallar un poco más la tarea, señala que el trabajo a campo era más bien liviano, tranquilo, con algún cambio de pieza, previamente requerido por la empresa terminal en el plan de mejora del producto. También le tocó, por ejemplo, partir tractores, reparar transmisiones, por supuesto con todo el apoyo de herramientas y el sistema de software para hacer esas reparaciones en el menor tiempo posible.

Haciendo un paralelo entre las dos culturas, argentina y estadounidense, afirma que en lo que se refiere al tamaño de los concesionarios, allá son empresas muy grandes que tienen con muchas sucursales, y las hay de hasta 12 sucursales y más también, con notables inventarios con provisión permanente de equipos con camiones de fábrica bajando equipos.

Otra diferencia fundamental son las facilidades que se tienen para la compra de equipos, con la financiación prácticamente sin interés de 3 a 5 años, sin entregas adelantadas de dinero, solo con la línea de crédito del cliente se le entregaba la unidad, y ello hace a que el mercado sea muy dinámico.

Esa facilidad de compra lleva a que equipos que acá en Argentina se reparan, allá se destinan al cementerio de máquinas. En general en EE.UU. se maneja todo a través de la línea crediticia, y todo se basa en las calificaciones de pago del comprador. Con un scoring mayor será la cantidad de años que te financien. Si la persona cumple con las reglas mínimas para que la casa matriz te financie un equipo, la financiación se otorga en forma automática. No hay un análisis de carpeta, es mucho más fluido y dinámico.  

¿Tuviste algún entrenamiento previo?

Personalmente me facilitó todo el haber hecho la escuela técnica industrial y por mi afinidad con la mecánica, cuando supe que viajaría para hacer este training, pedí que me adelantaran las circulares de producto, cosa de ir con una idea del trabajo que iba hacer. Eso me ayudó muchísimo de manera tal que cuando llegué a Florida no me encontré con nada nuevo, sino que por el contrario, lo tenía todo bastante estudiado y analizado. 

¿Encontraste alguna similitud entre Argentina y Estados Unidos?

Algo similar en ambos países es la notable falta de mano de obra en la parte técnica, ya que a ellos les es muy difícil conseguir mecánicos técnicos incluso dando facilidades, bonos, y ello ocurre en todas las marcas y es un problema común y se nota en los concesionarios que se expanden.

Y haciendo una analogía con Argentina, donde pasa algo similar, afirma que no se consiguen técnicos o mecánicos para el área de servicio, y ello es una limitante para crecer y generar mayor parque de máquinas. De seguir así, será un cuello de botella para todo distribuidor el día de mañana que venda equipos y que luego no podrá atenderlos.

Personalmente, estoy trabajando sobre el desarrollo de un programa que permita seducir a aquellos técnicos –provenientes de escuelas técnicas y facultades– que deseen sumarse al rubro de la maquinaria agrícola, en el cual los alumnos puedan acceder a determinados beneficios que les permiten palpar de qué se trata el rubro de la maquinaria, las posibilidades que brinda y en un futuro que se incorporen al staff de la concesionaria

Por Juan Raggio

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