Un valiente que desafío a la seca y le ganó
En una decisión no apta para cardíacos, Daniel Barcelonna, oriundo de Tandil, en la última campaña de gruesa sembró 1.000 ha de maíz sin agua en el perfil y luego de la lluvia de hace unos días cuenta su experiencia.
En plena seca, la que acorraló a los productores más allá de toda previsión durante la época de la última siembra, Daniel Barcelonna, quien trabaja junto a su hermano en Tandil, Azul y Olavarría, decidió sembrar 1.000 hectáreas de maíz.
“Hay que ser muy arriesgado porque en ese momento estás poniendo en juego un montón de plata en algo que no sabés si iba a nacer. La fecha de libro para comenzar con la siembra en Tandil es aproximadamente el 5 de octubre y nosotros habremos empezado entre el 10 o 12 de octubre”, cuenta Daniel.
Luego, con más detalles recuerda: “Los pronósticos no daban lluvia, pero daban heladas y el perfil no tenía humedad, así que estábamos colocando la semilla a unos 3 a 3,5 dedos de profundidad, lo cual parece una locura, pero así buscábamos humedad. Luego algo comenzaba a brotar, pero sino llovía se presentaba muy complicado el panorama”.
“Haciendo historia, lo cierto es que puedo decir que luego llovió, y en ese momento todo el mundo esperaba la aparición del hombre con la sembradora y debieron tener a punto todo lo necesario como la semilla entre otras cosas, pero yo ya tenía 1000 hectáreas sembradas y emergiendo. Dentro de todo, admito que tuve suerte”, dice.
Daniel y su hermano hacen todo con maquinaria propia, en campos alquilados, y llegan a unas 13.000 hectáreas en total de agricultura, de las cuales el año pasado sembraron unas 4.400 de maíz y éste proyectan bajar un poco la intención de siembra, con lo cual llegarán a unas 3.000 hectáreas y tal vez algo más, pero no mucho.
“En aquellas 1.000 hectáreas sembradas con anticipación a las lluvias, había hecho los barbechos con Piclorán o Trodon y por ende en esos lotes no podía hacer soja y además, tenía la semilla de maíz ya comprada. Entonces la cuestión era qué hacer”.
Nuestro entrevistado también recuerda que “En el norte la gente estaba con el mismo problema y no podían sembrar maíz, ni girasol, ni soja. Y así se daban las cosas, como en la lotería, buscás un número y tal vez puedas agarrar un pleno. Nosotros nos jugamos a adelantar la siembra en condiciones que no eran para nada normales. Pero nos llovieron de manera casi inmediata unos 40 a 50 mm y con la temperatura favorable que hubo, en tres días el maíz ya estaba emergido”.
“Por otro lado, los tiempos no dan para mucho más, ya que una semana más tarde estaríamos sembrando el maíz tardío, por ende, no si sembrábamos el de primera perdíamos la oportunidad. Está claro que para estas cosas hay una fecha perentoria, y cuando llega el turno no se puede estar sembrando cebada y cosechando maíz”.
Daniel Barcelonna, nuestro entrevistado y su hermano Fernando, continuaron con la actividad de contratista desarrollada de su padre, y luego se hicieron productores para lo cual trabajan con equipos propios entre los que suman 4 sembradoras de fina, 3 sembradoras neumáticas para gruesa, 2 pulverizadoras, 4 cosechadoras y 15 camiones.
Por Juan Raggio
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