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30/03/23
De la mano de India, buscan que Argentina vuelva a posicionarse en la exportación de girasol
Previo a la guerra entre Ucrania y Rusia, Argentina apenas participaba con un 6% del comercio mundial de girasol, pero el año pasado subió al 9% y actualmente esa cifra se ubica en el 15%, por lo que de la mano de India pretende seguir incrementando la presencia en el mercado externo.
O al menos ese es uno de los objetivos del cuarto Congreso Internacional de aceite y semillas de girasol que se está realizando en la Argentina hasta este jueves.
«Antes ibas por las rutas de Buenos Aires y veías los campos sembrados con girasol, hoy corrido por la soja quedó marginado al sur de la provincia y en Chaco», señaló el presidente de la Cámara Argentina de la Industria Aceitera y centro de exportadores de cereales (CIARA), Gustavo Idígoras, al tiempo que destacó el gran potencial y nobleza que tiene el producto, uno de los pocos que sobrevivió al fenómeno de la Niña.
India es un gran importador mundial de aceites y desde el sector piensan «de a poco ir instalando a la Argentina como un nuevo proveedor de aceite de girasol».
Además, Idígoras explicó las razones geopolíticas que hoy juegan a favor de este objetivo: «La guerra en Ucrania provocó que el 87% de la exportación anual de aceite de girasol desaparezca. Ucrania y Rusia tenían ese porcentaje. Argentina tenía un magro 6% de ese comercio mundial. El año pasado ya logramos un 9% y esperamos este año llegar a un 15% de ese comercio. Entonces los indios pensaron, si este conflicto sigue y el mundo entra en crisis geopolítica y los chinos se pelean con los americanos, los rusos se asocian con los chinos, ¿quién nos va a vender aceite de girasol?».
Por otro lado, destacó que este año India se convertirá en el país con la mayor población del mundo superando a China, con 1.400 millones de habitantes, «y quieren proveerse de aceite de girasol».
Por otra parte, Idígoras destacó que el girasol pudo capear el impacto de la sequía: «Vamos a llegar a 3,9 millones de toneladas de molienda, el 50% queda en el mercado interno y el otro 50% se puede exportar. Vamos a vender este año 1 o 1,1 millón de toneladas e India nos vino a decir que necesita un millón por año incremental. El 100% de los que exportamos deberíamos enviárselo a los indios y el año próximo habría que duplicar la exportación. No vamos a llegar a eso, pero claramente es un sector en que vamos a crecer».
El titular de CIARA destacó que para abastecer ese incremental se necesitan tres condiciones: una industria de semillas que vuelva a revalorizar el cultivo de girasol y vuelva a invertir en innovación tecnológica. «Necesitamos una gran variedad de oferta de semillas de alta calidad en el mercado», dijo.
El segundo punto es que el productor se convenza de que tiene que volver a apostar al girasol y en tercer lugar se ubican los derechos de exportación.
«Es un cultivo regional que está en el sur de la provincia de Buenos Aires y en el Chaco. Hoy compite con el maní, con el algodón y hay que buscarle condiciones similares de competencia. El algodón tiene retenciones 0% y el girasol tiene 7%», explicó Idígoras en un impasse del Congreso Internacional de Girasol.
El dirigente agregó que desde el Consejo agroindustrial se viene trabajando en incluir al girasol como economía regional.
«Hay una propuesta de anteproyecto de ley que estamos trabajando con la CAME y la Secretaría de Agricultura, que incluye al girasol en términos de tratamiento de retenciones 0. El estudio que hemos hecho habla de la posibilidad de la duplicación de la producción y de las exportaciones, si se quitan las retenciones y en términos fiscales es un fuerte crecimiento. Se pasa de cobrar entre 3% y 5% a crecer un 20% por el impacto de Ganancias e impuestos provinciales», indicó.
Idígoras reconoció, sin embargo, las pocas motivaciones que podría tener un productor de soja de pasarse al girasol con la opción de la renovada opción de dólar soja. «Los dos esquemas de dólar soja, más allá del ingreso extraordinario del fisco, generó un cambio del comportamiento de venta de parte del productor, que lo lleva a esperar una ventana de oportunidad. Nuestra expectativa es que a futuro, sin importar el 2023, tenemos que sacar esta idea de ventanas especiales por producto. Si Argentina va a normalizar el mercado cambiario, tiene que tener una condición que permita a todos los exportadores poder competir», explicó.
Además, recalcó que, a diferencia de lo que ocurre con la soja, «Brasil es un jugador poco importante en comercio internacional de girasol, sí en soja y aceite de soja, pero en girasol aún Brasil no se despertó. Hay una oportunidad. En el hemisferio sur está Argentina para hacer girasol y aceite».
Idígoras reconoció que para crecer se debe hacer una puesta en valor de la cadena industrial: «La desaparición del cultivo llevó a una reducción de su industria. Argentina tenía entre 14 y 15 plantas de molienda en los ´90 y hoy hay cuatro que quedaron viejas, son plantas chicas con tecnología de esa década. Habrá que reinvertir en esas plantas para actualizarlas».
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