Lo que pasa en el campo
25/02/25
Faena de hembras:¿Hemos alcanzado un techo en el nivel de extracción?
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En su informe semanal, desde ROSGAN analizan que la faena de hembras ha sido siempre un indicador muy sensible del pulso ganadero. E indican que «cuantas más hembras se extraen del stock, secorre el riesgo de reducir la cantidad de vientres productivos y, por ende, la capacidad de generación de terneros que nutran ese stock».
Sin embargo, es imposible precisar con exactitud cuál es verdaderamente el nivel de extracción máximo que soporta el rodeo nacional sin generarretrocesos significativos en la producción de terneros, ya que no depende sólo de la cantidad de vientres en stock, sino también de otros factores ambientales, genéticos y de manejo que se ven reflejados en los porcentajes de procreo y parición, destetes, mortandad, etc. Es decir, una serie de factores que pueden alterar la cantidad de terneros logrados por año, ante igual número de vientres en stock.
Por lo anterior, el porcentaje de extracción que puede soportar el rodeo nacional bajo determinadas condiciones posiblemente difiera de un año a
otro. Lo que sí se sabe es que cuando se registran varios años consecutivos de elevada faena, sin mediar cambios significativos en los índices d producción, es muy factible que el stock general se vea menguado.
Recordemos que a partir del año 2018/19, a raíz de la crisis suscitada en China por la PPA (Peste Porcina Africana), este destino pasó a jugar un rol preponderante en el mercado de vacas, activando el interés comercial por una categoría que hasta entonces recibía un valor prácticamente residual al
momento del descarte. Este escaso valor comercial que reportaba el refugo de vacas llevaba en muchos casos a mantener en los rodeos vientres de escasa a nula productividad, generando así importantes pérdidas en términos de eficiencia reproductiva.
A partir de entonces, la faena de vacas se convirtió en un ingreso importante para el criador llegando a representar más del 30% de su ingreso anual, no solo por mejora de precios sino también por un mayor volumen de ventas/descartes.
En efecto, si tomamos como referencia la cotización promedio para la categoría vaca con destino faena, expresado en pesos constantes a moneda de diciembre de 2024, vemos que, desde inicios de 2018 a la fecha, su valor se vio incrementado en más del 35% en términos reales, llegando a marcar
incrementos de más del 75% durante el primer tercio de 2022.
Se trata de un cambio radical, a partir del cual pasamos de faenar en promedio entre 150 y 170 mil vacas mensuales a una faena promedio de entre
200 y 230 mil vacas por mes, alcanzando máximos cercanos a las 250 mil cabezas promedio en 2023.
En este sentido, la vaca no solo ha reportado un beneficio adicional para el criador, sino que puso en marcha todo un engranaje virtuoso, en el que
se activó el mercado de la invernada, el engorde y por supuesto la industria exportadora que vio incrementar sustanciosamente su nivel de actividad
a partir de esta categoría de faena.
Sin embargo, la contracara a este virtuosismo, comienza a reflejarse cuando – por exceso de extracción – caemos en un estancamiento del stock
nacional.
Ciclos de fuerte crecimiento en nivel de faena de vacas como los registrados en los años 2018 y 2019, más allá del período 2008/09 afectado naturalmente por una fuerte y prolongada sequía, tal como lo sucedido en 2023, llevaron a alcanzar niveles de extracción sumamente elevados para el perfil de nuestra ganadería, la cual, en términos de índices de destetes venía bastante amesetada.
A la fecha aún no contamos con los datos oficiales del stock nacional con corte 31/12/24. Sin embargo, la tendencia de la actividad de faena registrada durante el último año no solo en vacas sino fundamentalmente en vaquillonas – categoría esencial para la reposición de vientres – nos
anticipa una nueva caída potencial en el stock de vientres en producción. De enero a diciembre, Argentina faenó un total de 2,62 millones de vacas, es decir casi un 12% de los 22,4 millones registrados como stock inicial, apenas 1 punto por debajo del nivel de extracción del 2023, en plena sequía.
Sin embargo, lo más acuciante es el crecimiento que viene registrando la faena de vaquillonas, que por segundo año consecutivo supera los 4 millones de cabezas, lo que equivale a más de la mitad del stock registrado bajo esa categoría.
Ahora bien, cuán virtuoso resulta en adelante este circuito de faena de vacas e incluso vaquillonas cuando el valor de lo obtenido viene perdiendo su
atractivo comercial tanto para la exportación como – por derrame – para el productor local.
En 2024, los precios pagados por China a la industria local cayeron en promedio un 10% interanual, alcanzando niveles más bajos que en plena pandemia. Esta tendencia, redujo sustancialmente la capacidad de compra, trasladando al productor una baja en las cotizaciones del orden del 6% interanual, en pesos constantes, y de más del 20% si lo comparamos con los máximos obtenidos en 2022.
Si bien a la fecha el mercado asiático recién comienza a marcar valores de referencia para lo que será el ciclo 2025, luego de su receso comercial
por las fiestas del Año Nuevo Lunar, las primeras cotizaciones que se conocen parecen activar ciertas mejoras, las cuales rondan entre el 3% y 4% para los sets de cortes más demandados por este mercado en los últimos 10 días.
En efecto, los datos de enero recientemente publicados por el INDEC dan cuenta de un total embarcado al mercado chino de 30,2 mil toneladas
peso producto de carne con y sin hueso (lo que incluye huesos bovinos producto de la despostada), por un valor cercano a los USD 100,9 millones.
En términos de precio promedio de venta, estos datos arrojan un valor unitario de USD 3.343 por tonelada embarcada lo que implica una mejora del 9% respecto del valor promedio conseguido en diciembre, aunque todavía muy por debajo de los USD 5.150 por tonelada registrados a mediados de 2022.
Fuente ROSGAN
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