Hablamos con José Luis Stella, Especialista en Climatología, del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) para que nos explique qué caracteriza al fenómeno de la Niña y el Niño y qué se espera para el 2024.

Luego de 3 años de una sequía devastadora para el sector agrícola ganadero y para la economía argentina, parecería que el horizonte es esperanzador. ¿Pero por qué?

José Luis Stella, Especialista en Climatología, del SMN, explica que el fenómeno de la “Niña” y el “Niño” está caracterizado por las temperaturas del agua de mar del Océano Pacífico central ecuatorial. Es decir, dependiendo de cómo sean esas temperaturas es que el fenómeno tendrá diferentes fases: neutral, cálida (llamada “Niño”) o fría (llamada Niña). “Es un fenómeno que se acopla con la atmósfera  y repercute en ciertos cambios de la circulación atmosférica, que termina afectando a ciertos patrones de lluvia y temperatura”, especifica Stella.

Para determinar si un año es “Niño”, Niña » o «neutral » se toman constantes mediciones de la temperatura del agua de mar, allí en el Pacífico ecuatorial central. Cuando persisten los desvíos de las temperaturas por varios meses, es cuando se empieza a hablar de una fase cálida o una fase fría, es decir, “Niño” o “Niña”.

“Estas mediciones se realizan desde la cuenca del Pacífico Central, y los datos son procesados por los diferentes centros mundiales de clima, que son los que monitorean estas mediciones. Luego, los análisis los hacen los servicios meteorológicos de cada lugar. Es importante resaltar que este fenómeno impacta no solo en Ecuador, sino en varias regiones del mundo, como por ejemplo en Argentina”, destaca Stella.

¿Qué año estamos transitando en el 2023?

El mundo, y particularmente nuestro país, sale de un periodo prolongado de la “Niña” (fase fría), hecho que afecta directamente a la actividad agrícola ganadera, ya que disminuyen abruptamente las precipitaciones, con lo cual la sequía tuvo un fuerte impacto. 

“Venimos de un periodo muy seco” explica José Luis Stella, pero también aclara que “actualmente estamos transitando la fase contraria, hacia el “Niño”. Las aguas se están calentando y lo que se espera es que se revierta esa anomalía. Es decir que, en el mediano plazo, con el establecimiento del fenómeno del “Niño”, esperaríamos que se revierta la situación de la sequía”.

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