Referentes de la lechería argentina se reunieron para dialogar sobre el sector, su futuro, la rentabilidad y la búsqueda de confianza. Raúl Catta, coordinador de Lechería de la Sociedad Rural Argentina (SRA), describió que “se pusieron sobre la mesa las cosas que creemos que están mal y deben corregirse, y reforzar las que están bien. Vimos qué evolución necesita la lechería para poder crecer y desarrollarse”.
El economista Jefe de la SRA, Ezequiel de Freijo, inició la actividad describiendo el escenario de la lechería nacional ante el cambio de giro en la economía. “Estamos ante la posibilidad de que el sector, luego de muchos años de estancamiento, pueda alcanzar -con estabilidad macroeconómica y normalización de mercados- a construir la confianza que necesitan los inversores para ver a la actividad láctea como un lugar para invertir”. “La recuperación, luego del proceso de ajustes relativos, va a venir de la mano de esas condiciones macroeconómicas, de la recuperación del ingreso real y una mayor inserción internacional”, dijo el economista, agregando que “es importante tener en cuenta la velocidad con la que puedan llevarse adelante todas las reformas estructurales que necesite el sector para mantener el negocio con resultado positivo”, máxime teniendo en cuenta los costos dolarizados de la producción. De Freijo recordó que el sector lechero argentino viene de más de treinta meses de resultados negativos, como consecuencia de las medidas instrumentadas por el gobierno anterior, “que fueron muy contraproducentes para el sector lácteo, llevándolo a una caída fenomenal de la producción que comenzó a verse en mayo de 2023 y aún continúa con niveles de producción por debajo de meses anteriores». Esa caída, anualizada, es de 7,8%”, remarcó. Otra de las consecuencias es que “en el último año desaparecieron 38 tambos por mes y hay unas cien mil vacas menos, 6% menos de stock, que genera parte de esta oferta menor de lácteos”, explicó. De Freijo animó: “El escenario macroeconómico y las condiciones que el Gobierno está estableciendo para todas las actividades, pero en particular para la lechería, como el reacomodamiento de precios relativos -como la demanda lo decide-, haber salido de los precios cuidados y haber liberado las exportaciones, va a permitir que los consumidores decidan sus preferencias”. Por su lado, la Cámara de Empresarios Lecheros de Córdoba planteó su aspiración de manejar la comercialización de lácteos de una manera diferente a la que se viene haciendo. Sus representados nuclean más de un millón de litros diarios y se estima que el manejo al que apuntan cambiaría notablemente las perspectivas en el negocio de la entrega de leche a las industrias. La jornada de trabajo finalizó con una evaluación del Sistema Integrado de Gestión de la Lechería Argentina (SIGLEA), mecanismo estadístico de análisis de las liquidaciones por compras de leche al productor. Esa estadística tiene algunos números que desorientan y hay marcado interés por transparentarla, ya que se usa para fijar precios. Del encuentro formó parte Sebastián Alconada, director nacional de Lechería. “Me voy muy contento”, dijo, apuntando “la coincidencia de que tenemos que cambiar la imagen del sector y mejorar los sistemas. Todo es mejorable. Estamos en un escenario favorable para el sector lácteo, y se han tomado algunas medidas que nos han favorecido. Si vemos la película a largo plazo tenemos un escenario de crecimiento para los próximos diez años y de muchas oportunidades”. “Tenemos que trabajar para mejorar la industria y la producción y aprovechar todas esas oportunidades”, destacó Alconada. En esta oportunidad se confirmó una próxima reunión de la Comisión de Seguimiento del SIGLEA. Será la primera después de cinco años y quedó fijada para el 1 de agosto.