Estado de los cultivos y proyecciones en la zona de influencia de Junín

Estado de los cultivos y proyecciones en la zona de influencia de Junín

Con buenos rindes a la vista y una recuperación notable tras el estrés hídrico del verano, la región de Junín se prepara para una campaña agrícola que promete. El ingeniero agrónomo Alejandro Giordano brindó un panorama sobre la situación de los cultivos y las proyecciones para el trigo, destacando la estabilidad en los costos de producción y el impacto positivo de las lluvias recientes.

Alejandro Giordano, ingeniero agrónomo brindó un panorama detallado sobre la situación de los cultivos en un radio de 50 a 60 kilómetros de Junín, destacando el buen estado general de los cultivos y las perspectivas para la próxima campaña de trigo.

Maíz y soja: un escenario favorable

El maíz tardío se encuentra en excelente condición, con un llenado de granos muy bueno. “Esquivó la sequía de enero en su periodo crítico y aprovechó las lluvias de febrero, por lo que está en muy buena forma”, explicó Giordano. En cuanto a los rindes estimados, se proyectan entre 9.000 y 10.000 kg por hectárea para maíz de primera y valores similares para maíz de segunda, lo que indica un rendimiento positivo. Aunque aclara el especialista que en “los lotes sembrados más temprano está habiendo rendimientos que rondan los 7.000 a 8.000 kg. Fueron los que más sufrieron el stress térmico-hídrico de diciembre y enero”.

Foto: Javier Alasia.

En la imagen se lucen maíces tempranos sembrados durante los últimos días de septiembre y primeros días de octubre.
Respecto a la soja de primera, si bien hubo cierto aborto de chauchas debido al estrés de enero, la recuperación ha sido satisfactoria y se espera un rinde en torno a los 35 quintales por hectárea. Las sojas de segunda, que venían con estructuras más debilitadas, lograron mejorar significativamente tras las lluvias de febrero, ingresando en el periodo crítico en condiciones favorables. Los rindes esperados para esta categoría oscilan entre 25 y 30 quintales por hectárea, explicó Giordano.

Plagas y enfermedades bajo control
En cuanto a la sanidad de los cultivos, Giordano señaló la presencia de chinches en soja de segunda y en algunos lotes de primera, aunque en niveles controlables. “No hay una presencia fuerte, y se están realizando aplicaciones para su control”, indicó. También se han detectado enfermedades de fin de ciclo, especialmente mancha marrón en soja de segunda, lo que ha llevado a la aplicación de tratamientos específicos.

Clima y disponibilidad hídrica
Las precipitaciones en la zona han jugado un papel clave en la recuperación de los cultivos. Durante febrero se registraron más de 200 mm, mientras que marzo continúa con un buen nivel de lluvias, alcanzando hasta el momento 130 mm. A pesar de estos valores, no se han reportado pérdidas de área por anegamientos, lo que contribuye a un panorama productivo favorable.

Perspectivas para la campaña de trigo
De cara a la próxima siembra de trigo, Giordano anticipa un incremento del área sembrada en un 5 a 10% respecto al año pasado. “El productor está manejando una tecnología justa, pero dependiendo de cómo evolucione el año, podría incrementar la fertilización, sobre todo en términos de nitrógeno”, afirmó.

El mercado del trigo presenta valores atractivos, con un precio futuro superior a los 200 dólares por tonelada. En cuanto a los insumos, los costos de fertilizantes se mantienen estables: la urea ronda los 550 dólares, el MAP 800 dólares y las mezclas fosforadas entre 550 y 600 dólares.

En conclusión, el sector agrícola en la región de Junín muestra un panorama alentador, con buenos rindes proyectados para la cosecha actual y una perspectiva positiva para la próxima campaña fina, dependiendo de la evolución del mercado y las condiciones climáticas.

Por Diego Abdo

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